Un comunicado de prensa emitido por la familia ha informado que a primera hora del día, fallecía Jean Raspail de 94 años de edad. Llevaba hospitalizado desde finales del mes de diciembre de 2019 y ha pasado la crisis sanitaria aislado de su familia en el Centro de Gerontología Henry Dunant de París.
Nacido el 5 de julio de 1925 paso parte de su juventud como viajero antes de centrarse en la escritura. Como autor, fue muy prolífico y controvertido, con más de 40 títulos publicados. Escritor rebelde, reconocido en el mundo literario y ganador de una buena cantidad de premios por sus aportaciones. En 1970 la Academia Francesa le otorgó su premio Jean Walter por la totalidad de su trabajo. En el 2007 fue galardonado con la Médaille dÓr des Explorations et Voyages de Découverte por la Société de géographie francesa. Su educación católica tradicional le llevo a rechazar el comunismo y el liberalismo y fue la base e inspiración para sus novelas más conocidas. Sus opiniones como «apegado a la identidad y a la tierra» le granjearon enemigos y no en pocas ocasiones le llevaron a estar en el punto de mira de la corrección política.

PREDICIENDO EL FUTURO EN «EL CAMPAMENTO DE LOS SANTOS»
La novela Le Camp des Saints (en español «El campamento de los Santos») ha sido una de sus obras más reconocida, reeditada continuamente desde su publicación en 1973. Traducido a la mayoría de los idiomas, en español fue publicado por Plaza y Janés en 1975, por Áltera en 2007 y por la perseguida editorial Ojeda en Barcelona. Pasó a ser uno de los títulos más vendidos en varias ocasiones y fue calificado entre los primeros cinco libros en Francia en 2011.
«Y SUBIERON SOBRE LA ANCHURA DE LA TIERRA, Y CIRCUNDARON EL CAMPO DE LOS SANTOS, Y LA CIUDAD AMADA: Y DE DIOS DESCENDIÓ FUEGO DEL CIELO, Y LOS DEVORÓ» APOCALIPSIS 20:9
La novela recrea el ocaso de Europa como civilización y pueblo tras sufrir una invasión pacífica y desordenada del tercer mundo. La atmosfera del relato es asfixiante, se desarrolla en un futuro indeterminado, pero no muy lejano, con la salida de navíos procedentes de la India repletos de pobres. Estos buques, que bautizan como «la flota de la esperanza» son rechazados en todos los puertos a los que se dirigen. Necesitan un país donde la opinión publica este mermada, machacada por la corrección política y dominada los medios, por lo que deciden dirigirse a las costas francesas que abren gustosamente sus puertos. En ese instante comienza el efecto llamada y cientos de nuevas iniciativas lanzan sus embarcaciones desde todos los puntos del tercer mundo. En un principio, todo parecía fruto de la casualidad, pero a medida que se desarrolla el argumento se descubre el complot de las fuerzas mundialistas que promocionan la llegada de los desposeídos.

El miedo y desconcierto se extienden por todo el país. Los europeos, que hasta ese momento habían vivido una existencia placida y sin preocupaciones, se ven superados por la nueva situación. Los burgueses esperan que sea el gobierno el que de soluciones mientras ellos se quedan expectantes e inmóviles. Los periodistas manipulan los sucesos y dan cobertura a agitadores y propagandistas que proclaman su odio contra la tradición, el país y el resto de compatriotas. Los recién llegados, que cada vez son más, se imponen a la población autóctona ahora en minoría. Las fuerzas mundialistas francesas finalmente formar un gobierno multirracial. Todo concluye cuando el último reducto de defensores de occidente, atrincherados para sobrevivir, mueren bajo las balas de la gendarmería al servicio del nuevo ejecutivo mundialista.
CONTROVERTIDAS DECLARACIONES POR PARTE DE JEAN RASPAIL
Cuando su novela fue editada en los Estados Unidos, allá por 1975, la revista literaria Kirkus Reviews criticó duramente al editor que presento la obra como «acontecimiento mayor» diciendo «Probablemente así sea, como en su tiempo fue Mein Kampf«. Poco o nada importa las argumentaciones de Raspail al respecto, no hay opción ni espacio, ni la hubo en el pasado ni la habrá en el presente, para opiniones fuera del pensamiento único: «Es como si me impusieran la presencia de gente que no conozco en mi propio jardín. No se trata de racismo». El campamento de los santos, que en absoluto es un panfleto xenófobo, es una crítica corrosiva contra el mundo moderno, dirige la mirada del lector hacia una Europa buenista, ablandada por el confort y los placeres vanos. Raspail hace una burla acida a la pérdida de identidad consecuencia de la desaparición previa de la espiritualidad.
En el año 1985, con una previsión casi adivinatoria, Raspail reitero sus puntos de vista en un artículo publicado en la revista Le Figaro «¿Francia seguirá siendo francesa en 2015?». El artículo levanto ampollas al afirmar: «la proporción de la población inmigrante no europea de Francia crecerá para poner en peligro la supervivencia del francés tradicional cultura, valores e identidad«1
El 17 de junio de 2004 volvería a ser noticia tras la publicación de un artículo titulado «La patria traicionada por la Republica» también en Le Figaro. Por la publicación de este artículo, que criticaba duramente la política de inmigración francesa, la Liga Internacional contra el racismo y el antisemitismo le demandó por «incitación al odio racial», dando más solidez a sus argumentos esgrimidos en su novela. La demanda fue rechazada el 28 de octubre.

En el año 2017 concedió una entrevista en Paris. A la pregunta de «¿La inmigración representa a su juicio el problema central que enfrenta Europa?» su respuesta contundente: «Sin ninguna duda. La civilización europea es la que está amenazada. El problema no concierne a todo el Occidente. El único fenómeno que yo no había previsto cuando escribí el libro es el islam. Si Europa no bloquea ese amenaza, dentro de 30 años se producirá el «gran reemplazo» de una civilización por otra».2
Puede ser que Raspail haya sido uno de los últimos escritores disidentes franceses, a la altura de Celine o Brasillach. Y efectivamente, podría haber sufrido persecución como Brasillach, condenado a muerte tras un juicio farsa. En este caso Raspail, para ahorrar todo el trabajo de los fiscales, en un alarde no sabemos si de burla o de autoafirmación, incluyo un anexo muy especial en su reedición de 2011. Se trata de una lista indicando el número de página y párrafo que podría ser objeto de persecución. El listado ascendió a 87 anotaciones por las que podían procesarle.

Polémicas a parte, Raspail nos ha dejado y cada vez quedan menos escritores libres, que escriban en disidencia y golpeen la conciencia de nuestros contemporáneos. Queda para la posteridad como un visionario de lo que tarde o temprano pasara en un viejo continente, falto de fuerzas tanto materiales como espirituales, que se enfrenta a su mayor encrucijada. Pero que sea el propio Raspail el que cierre este humilde homenaje: “Occidente está vacío, aunque él aún no tenga conciencia verdaderamente de ello. Civilización extraordinariamente inventiva, ciertamente la única que ha sido capaz de contestar a los insuperables desafíos del tercer milenio, Occidente ya no tiene más alma”.
Descanse en paz…
Manu Baskonia
Notas: 1.- Miller, Judith (03 de noviembre de 1985)
2.-Infobae (Diario digital argentino) Carlos Cantón, 6 de mayo de 2017.
Excellent post. I was checking constantly this blog and I’m impressed!
Extremely useful info particularly the last part 🙂 I care for such information much.
I was looking for this certain information for a very long time.
Thank you and best of luck.
Me gustaMe gusta