Para este jueves cultural, traemos un magnífico relato histórico político ambientado en Múnich, en la primavera de 1932, de manos de Santi Ríos. El Oso Blindado es un proyecto de combate cultural que tiene como objetivo animar a todos en la recuperación y regeneración de la Cultura. No solamente publicaremos artículos de carácter político o de análisis de la actualidad, (que por supuesto son necesarios) sino que también todo aquello relacionado con el alimento espiritual, puesto que si él quedaríamos cojos y debilitados. El presente texto es buena parte de ello.
No se pierda ninguna cita con El Oso cultural, todos los lunes y jueves.
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No hay registros mesurables que indiquen que 1923 fuera un año excepcional en Múnich. Aparentemente no hubo ningún terremoto, copiosas nevadas, sequias ni inundaciones que desbordaran el Isar, el viento Föhn sopló igual que siempre desde los Alpes, cálido y “metálico” que es como lo perciben los muniqueses.
Sin embargo estaba en proceso de violenta radicalización. La conservadora y católica Baviera y desde luego su capital, aristocrática y wagneriana, han sufrido en los años previos una guerra y la derrota, la traición y la humillación nacional, la instauración de una república impuesta y una revolución comunista, el terror rojo del Soviet y finalmente la reconquista por parte de los nacionalistas de los cuerpos francos.
Visitémosla un sábado cualquiera en la primavera de 1923.
Llegamos en tren y ya en el andén nos topamos con lo que parecen grupos de jóvenes excursionistas, lucen escudos bordados en las camisas, pañuelos al cuello y además de la mochila algunos llevan instrumentos musicales. Se reúnen para tomar un tren que les aleje de la ciudad, la maldita metrópoli, y les permita acercarse a los pueblos y adentrarse en los bosques.
Son Wandervögel, jóvenes que han creado vínculos de camaradería en su revuelta contra el espíritu burgués, el estado y las instituciones impuestas, se alejan del mundo de los padres pero afirman su fidelidad a los ancestros, a la Alemania profunda y a la comunidad popular. Muchos de ellos en breve se unirán a las Juventudes Hitlerianas, otros en cambio se rebelarán contra ello.

Este movimiento de la juventud lo conforman decenas de asociaciones autónomas por toda Alemania. Se habían concentrado diez años antes en el Monte Meissner, celebrando el aniversario de la victoria sobre las tropas napoleónicas para concretar unas líneas directrices comunes más allá del desprecio al individualismo burgués, al racionalismo y al progreso. Se debatió sobre la posibilidad de crear una organización única, la independencia de los partidos políticos, la Gran Alemania como superadora del dualismo austro-prusiano, la religiosidad germánica o la degradación física y moral.
Les dejamos continuar su viaje, salimos de la estación y nos adentramos en la ciudad.
Llegamos a lo que parece ser un barrio obrero, ciertamente mísero, lo primero que llama la atención es la cantidad de niños que hay, muchos, también mujeres, sin embargo no se ven casi hombres jóvenes, parece como si una generación hubiera sufrido un golpe mortal … sabemos el porqué.

De las fachadas sucias y negras de los edificios destacan algunas banderas colgadas en las ventanas, todas rojas, unas con la hoz y el martillo y otras con la esvástica. En el edificio viven seguidores de los dos movimientos violentamente enfrentados pero coinciden en el mensaje de las pancartas que cuelgan, “Primero los salarios, luego el alquiler” y otra que exige “Justicia para los trabajadores alemanes”.
Sin ni siquiera saberlo la derrota y su tragedia les unirá; el frente de la guerra donde nace el socialismo soldadesco, el socialismo de las trincheras convergerá de forma natural con el frente del trabajo donde el nacionalismo forjará la herramienta de liberación proletaria. Se nacionalizará el discurso social y socializará el discurso nacional.
La mayoría de esos vecinos comunistas se afiliarán pronto al NSDAP. No será una evolución larga y meditada que les haga pasar por la socialdemocracia, el centro y la derecha más o menos radical, ellos están más cercanos de lo que podían pensar; al contrario que sus líderes, los Rosa Luxemburg, Karl Liebknecht o Kurt Eisner, extranjeros todos, internacionalistas y profundamente anti-alemanes.

Buscamos salir del ambiente sofocante de ese barrio camino a un espacio abierto que vislumbramos a lo lejos. Grandes praderas verdes, es el Bavaria Ring, zona de universidades, escuelas y residencias de estudiantes. Las sociedades gimnásticas hacen ejercicios y se entrenan con estilo marcial.
Nacieron a principios del Siglo XIX y junto con las asociaciones estudiantiles son un bastión del nacional-populismo, del racismo y de la profunda tradición antisemita, ideología que comparten con la mayoría del cuerpo docente.
Durante esos años, aparte de los grandes y pequeños partidos existen decenas de grupúsculos, ligas, círculos culturales, asociaciones creadas alrededor de revistas o escritores y hasta sectas que expresan las casi infinitas variantes y matices del patriotismo alemán, tan vital y expansivo.
Hay nacional-revolucionarios y nacional-bolcheviques, paganos y ariósofos, folkloristas, teóricos de la fe alemana, defensores de un Reich católico o del estado protestante, neo-conservadores, tradicionalistas y monárquicos, místicos de Prusia y de la Alemania oriental, darwinistas sociales, eugenistas e higienistas raciales, nietzschianos y wagnerianos…son todos herederos de la efervescencia cultural del último tercio del siglo pasado.

Continuamos nuestro camino ya hacia el centro, hay un importante despliegue policial y militar. Es una ciudad en tensión desde hace años, el último enfrentamiento armado se dio cuando el Cuerpo Franco Oberland y la Brigada Ehrhardt tomaron al asalto la ciudad y depusieron el gobierno de Kurt Eisner acabando con la delirante pesadilla de la revolución comunista. Entre los combatientes estaban Heinrich Himmler y Rudolf Hess.
En una calle céntrica, junto a la Marienplatz, encontramos en el suelo a un tullido, es un mutilado de guerra que luce una cruz de hierro en el uniforme militar. Un caballero trajeado habla con él y deja unas monedas en su gorra. No nos gusta lo que vemos. Continuamos nuestro camino reflexionando sobre la caridad y la justicia.

Vemos una librería, entramos. Allí están Oswald Spengler, Ernst Jünger y Carl Schmitt, también autores extranjeros como George Sorel y el conde de Gobineau o el dramaturgo Henrik Ibsen y nos sorprendemos en el apartado de novela al encontramos con Pio Baroja, editado por primera vez en alemán ese mismo año en esa misma ciudad…sonreímos por la casualidad. A los demócratas les gustaría quemar esta librería para evitar que los muniqueses se trastornen.
Debemos recuperar fuerzas y entramos en una concurrida cervecería, mesas enormes donde además de beber y comer se habla y se debate, uno incluso se anima a dar un discurso, consigue hacerse oír, lo escuchamos. Es un nacionalista bávaro y propone la independencia, lanza un grito que muchos corean “Separémonos de Berlín”. Hoy nadie lo rebate con energía… eso ya había sucedido, en otra cervecería cercana hace algún tiempo, fue la primera vez que Hitler habló.
De nuevo en la calle, paramos en un kiosko de prensa, hay muchísimas publicaciones, ojeamos el “Völkischer Beobachter” y también “Der Stürmer” el periódico de Julius Streicher que traen semanalmente desde Nüremberg. Sorprende su virulencia, casi escandaliza. Es legítimo preguntarse cuanto habrá de exageración y cuanto de certero; lo que es seguro es que se está librando una lucha a muerte con el judaísmo.

Continuamos, un grupo de la Sección de Asalto reparte propaganda e invitaciones para un mitin que comenzará en breve en un gran salón de actos a unas pocas manzanas. Hablará Göering, el As de la aviación veterano de la Gran guerra. No lo dudamos.
Las calles están muy concurridas y conforme nos acercamos crece el tumulto y el griterío, la policía se emplea a fondo intentando separar a diversos grupos que se enfrentan.

Cuando por fin conseguimos entrar en la sala ya está llena, nos conformamos con quedarnos de pie en la última fila viendo como Göering embiste contra todo y contra todos llamando a una revolución, a una movilización total para aniquilar a los enemigos de Alemania. El discurso es sencillo pero brutalmente sincero, no pretende gustar; simple y llanamente debe decirse y debe hacerse. Levanta adhesiones apasionadas, el personaje, el mensaje, los símbolos, la coreografía…todo es fascinante…Heil !
Sin embargo no todos lo aplauden, un representante del KPD también ha acudido a la cita y utiliza su turno de palabra para denunciar que el NSDAP “es un partido financiado por el capital para frenar la liberación del proletariado alemán”, esa es la señal acordada para hacer levantar a un centenar de militantes del Frente Rojo camuflados entre los espectadores que gritan consignas y lanzan pasquines, los SA avanzan hacia ellos para expulsarlos de la sala sin miramientos, vuelan botellas y sillas, los asistentes huyen despavoridos hacia la calle pero ahora los policías se mantienen al margen, los camaradas auxilian a sus heridos; el evento se ha terminado. (1)
Dejamos atrás la batalla campal, continuamos el paseo por calles más tranquilas, de un local sale música y risas, entramos, es un cabaret. Hay un escenario iluminado y mesas en la penumbra, paseamos entre ellas y por curiosidad escogemos sentarnos en una cercana a un grupo especialmente ruidoso. Son gente adinerada que discute de política, algunos se definen como comunistas otros como anarquistas, sin embargo lo que les une es la cultura… son dadaístas, animadores de una vanguardia artística que hace de la fealdad su rasgo característico, se vanaglorian de no ser comprendidos y miden su valía en relación al precio que el marchante consigue por sus obras. Algunos son suizos, otros franceses… burgueses apátridas todos. ¡Debemos salir!

Antes habíamos presenciado el choque entre adversarios con ideales opuestos pero lo que hay allí dentro son los Enemigos.
Nos preguntamos quién resultará victorioso de esta guerra… los conservadores revolucionarios, los burgueses, los anarquistas, los nacionalsocialistas, los comunistas …todavía es pronto para saberlo, lo que es seguro es que por ahora el vencedor es Nietzsche que ha tomado posesión sobre todos ellos.
El paseo nos ha llevado a un gran espacio abierto, estamos en la Odeonsplatz junto al Feldherrnhalle, no somos conscientes que unos meses después, al comenzar el Otoño, allí mismo comenzará un terremoto que trascenderá a Múnich, Alemania y a Europa y que marcará la historia.
Santi Ríos
Nota: 1.- Ese pasaje está directamente extraído del libro de Jan Valtin ”La noche quedó atrás” Ediciones Cóndor. Valparaiso. 1944. Pág. 269-272. También citado en la RHF Revista de Historia del Fascismo. Nº 2.Capítulo “Combates de cervecería”.
Obras que han ayudado a reconstruir el ambiente político de la época son :
-“Konservative Revolution. Introducción al nacionalismo radical alemán, 1918-1932”. Robert Steuckers y Giorgio Locchi. Ediciones Acebo Dorado. 2010.
-“Los Wandervögel. La juventud alemana de Guillermo II and III Reich”. Nicola Cospito. Ediciones Nueva República. 2002.
-“Baltikum. Los Freikorps y el origen del nacional-socialismo 1918-1923” Revista de Historia del Fascismo. Dominique Venner.
-“Entrevistas con Hitler”. Varios autores. Editorial Avalon.