«Firmeza como la roca en el mar que continua erguida, sin que la conmueva ni asuste el oleaje en los días de tormenta, o el flujo que aspira a inundarla, o el flujo que la deja sola. La vida me ha enseñado que lo que importa es permanecer, de manera que ni la afluencia masiva y entusiasta seduzca y engañe, ni la envidia, ni la infidelidad, ni la deserción, desmoralice»
Horia Sima (Fágäras, Imperio Austrohúngaro, 3 de julio de 1906 – Madrid, España 29 de noviembre de 1993)