Si el humano linaje supera la crisis del china-virus, mantengamos la esperanza en la medicina inglesa de Oxford. No sería mala estrategia convocar una magna manifestación de muy diversos grupos nacional-revolucionarios de todo el Orbe, en París o en Berlín, para manifestar la repulsa al desorden institucional de los virólogos, médicos, veterinarios, epidemiólogos,… chinos que no han podido cortar, en su inicial origen, una epidemia tan espantosa para el mundo entero. China que compra miles y miles de hectáreas de tierras de cultivo en África, que presume de sus ejércitos y de su armada recientemente modernizada, que hace demostraciones de fuerza militar en el mar de China,… que ofrece miles de millones en préstamos a las naciones de África, que participa en empresas y en fondos de inversión internacionales, que acapara deuda pública de decenas y decenas de naciones en dólares, que es prácticamente dueña de puertos comerciales europeos, que coloniza el sur de Asia… que retiene miles de empresas incluso farmacéuticas europeas en su territorio, que exporta muerte y ríe nuestra desgracia. Sí, es más necesaria que nunca una movilización pública internacional a la que acudan canadienses, chilenos, franceses, alemanes, italianos, húngaros, españoles, argentinos, norteamericanos… protestando por la disolución de las naciones en el mundo del capital apátrida y de sus intereses micro sectoriales. Estamos en manos del Partido Comunista chino y estamos obligados a rendirles pleitesía y a legislar según la fuerza de los hechos que ellos imponen, conforme con los dictados del desastroso Derecho Internacional Público que enseñorea a la ONU y desfigura los Derechos Humanos convirtiéndolos en irreconocibles. China no, patrias libres y autónomas sí.
Desde la época del Sr. Aznar han llegado a España más de 6 millones de extranjeros y este hecho lo pretenden presentar como una solución armoniosa a todos nuestros problemas económicos y sociales. Es un negocio enorme para el capitalismo español e internacionalista pero no para nuestra atribulada sociedad sin guía y sin norte. En todo el continente africano no creo que haya más de cinco millones de europeos después de la huida de portugueses y sudafricanos, unos cuatro millones, de sus países de origen y de cuna y se trata de un continente que tiene más de 1200 millones de habitantes; cómo no, los africanos son admirables, valiosos, dignos y enraizados en sus culturas, tradiciones y vidas sociales de las que siempre se podrá aprender en la convivencia y en la coexistencia fructífera. Pero ellos deben luchar por el futuro de sus países en sus tierras donde además cuentan con multimillonarias ayudas de la UE, ONU y EE.UU… Y si, ¿40 millones de europeos quisiesen organizar su futuro y sus vidas en África?, creando cultura, creando empresas, vivificando la agricultura, impulsando la ciencia, la tecnología y la industria, viviendo con sus peculiaridades y conforme con sus tradiciones, deseos y anhelos. Entonces, ¿qué diría la ONU?, ¿qué diría la opinión pública internacional?, ¿qué difundirían los periódicos del mundo entero? Acudiendo a las hemerotecas, y, ojeando prensa europea de hace cien años, podríamos quedarnos admirados de la gran libertad intelectual que entonces reinaba entre los que pensaban, escribían y reflexionaban en público y de los que pretendían humildemente aprender de los que pensaban y escribían, estudiaban y ofrecían informaciones reales y verídicas para todos garantizando la libertad ilustrada.
Luis Fernando Torres Vicente
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