La época del siglo de oro fue estupenda para el arte, y en especial para la literatura. En cambio para el Imperio Español, fue el inicio de una larga decadencia política, social y militar. Para este Jueves Cultural traemos un soneto de Francisco de Quevedo donde deja constancia de dicho sentimiento.
***
Miré los muros de la patria mía…
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo; vi que el sol bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
