La estatua por la activista trans afroamericana Marsha P. Johnson tomará el lugar del monumento a Cristóbal Colón cerca del Ayuntamiento en Elizabeth, en Nueva Jersey. Debido a una petición online firmada por 166 mil persona en el lugar donde debería estar situado el monumento a Colon, van a erigir el primer monumento de Estados Unidos en honor a una persona transgénero. Los funcionarios del condado de Union, totalmente orgullosos, han anunciado en medios la aceptación de la propuesta. Esta decisión, que viene inmediatamente después de la que tomó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien el 24 de agosto, le dedicó un parque en Brooklyn: Marsha P. Johnson State Park. En el acto de inauguración dio un pequeño discurso, el Gobernador de Nueva York apeló a esa supuesta responsabilidad que tenemos todas las personas heterosexuales: «Estoy orgulloso de hacer este anuncio. Nueva York está en deuda contigo»
Marsha P. Johnson es conocido en estados unidos por ser uno de los símbolos del levantamiento de Stonewall de 1969. Los disturbios se originaron en la noche del 27 al 28 de junio de ese año, cuando ocho policías neoyorquinos irrumpieron en un club gay, el Stonewall Inn. Los asistentes de dicho club, decidieron oponerse a los controles de la policía y salieron a las calles a manifestarse durante toda una semana, en lo que se considera el punto de origen del activismo LGBT global. Durante aquellas jornadas hubo violencia y altercados contra la policía. Días más tarde decidieron fundar uno de los primeros colectivo trans.
No han faltado diversos famosos respaldando la iniciativa. Steven G. Fullwood, famoso historiador afroamericano y cofundador del Nomadic Archivists Project, ha declarado: «Este es un momento verdaderamente excepcional para examinar por qué Estados Unidos celebra un pasado lleno de colonizadores, asesinos y personas que han oprimido a otras personas durante décadas». No ha querido perder la oportunidad de mencionar a Johnson: «tenemos a alguien como Marsha; tenemos la oportunidad de reiniciar y repensar lo que pensamos de la libertad en este país«.

Otras opiniones, minoritarias y disidentes, están señalando la nula necesidad de quitar monumentos para poner otros. Pocos son los que se niegan a que la maquinaría de la modernidad les pase por encima. Aceptan incluso el monumento al trans del año, pero en cambio no entienden la necesidad de borrar la historia del país. Por mucho que no les guste, esa es la historia y nada va a cambiarla. En cuanto a la libertad de la que tanto hablan los progresistas y movimientos (ANTIFA, BLM, LGTBI…), si finalmente imponen unos símbolos y retiran otros, ¿no están haciendo exactamente lo que ellos dicen criticar? ¿Acaso buscan el sometimiento de las mayorías por las minorías supuestamente agraviadas? La libertad con la que tanto se abanderan, ¿no radicaría en tener los dos monumentos y que unos y otros libremente puedan ir a visitarlos?
Rubén M. González