Para el día de hoy , me gustaría proponer una audición comparativa entre dos piezas, que son homónimas, y bastante semejantes (en cuanto a estilo , duración , orquestación, etc.) y que además comparten la característica de ser música programática, es decir; música concebida para representar una idea concreta, no una mera abstracción puramente sonora, si no que relatan y evocan (no obstante, dejando mucho espacio a la imaginación y al simbolismo) un texto de Víctor Hugo; haciendo uso de sus enormes capacidades compositivas e instrumentales.
Dicho texto es “Lo que se oye en las montañas” (“Ce qu’on entend sur la montagne”, en francés), cuyo título ya deja entrever un aire místico a esta composición. Este poema sobre el que se inspiran nuestros compositores es un fragmento perteneciente al libro «Les feuilles d’automne” (“Las hojas de otoño”) del propio Víctor Hugo.
La composición de Liszt es el primero de sus denominados poemas sinfónicos, serie musical que está entre su mejor repertorio y que es también altamente recomendable. Son 13 en total, todos orquestales y de gran colorido. Escuchamos a un Liszt con gran experimentación, siendo esta obra suya de 1849.
Recomiendo esta versión de Bernard Haitink dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Londres.
La composición de Franck, es juvenil y demuestra un estilo que ir puliendo pero que deja intuir una gran proyección que se reflejará sobre todo en su obra organística, pues era su principal oficio.
Recomiendo esta versión de la Orquesta Filarmónica Real de Liège, dirigida por C. Arming.
La naturaleza confluye en esta música con las leyendas, los mitos y la imaginación, o incluso la religión (Liszt era católico y Franck, protestante).
Así pues, no tienen por qué escucharse seguidas, si no que pueden escucharse en diferentes días o momentos si se prefiere, y ver qué sensaciones nos evocan una en comparación a la otra, pues pueden ser o muy similares o absolutamente dispares las emociones que despierten en nosotros dependiendo de dónde partamos al escucharlas.
Abraham.