El 10 de enero de 1942, el Capitán José Manuel Ordás Rodríguez cruzó con su compañía de esquiadores de la División Azul el lago Ilmen para socorrer a la guarnición alemana Vsvad.
El helado itinerario que escogieron para llegar lo más rápido posible fue en línea recta franqueando barreras congeladas. Una proeza que solo podrían llevar adelante los aguerridos españoles. El balance total de la expedición de rescate fue de 102 bajas por congelación y la pérdida de más de 30 trineos. La División Azul dividía la fuerza enemiga, debilitándola, tomando sus posiciones y finalmente rescatando a los sitiados.
Por esta operación recibieron 32 cruces de hierro y Ordás su segunda Medalla Militar Individual, convirtiéndose en una de las unidades más condecorada del frente de Leningrado y la más condecorada de todas las fuerzas voluntarias extranjeras que lucharon encuadradas en la Wehrmacht.
El Oso Blindado
Recordamos esta gesta, en su 79 aniversario, con este bonito poema:
«La Gesta del Lago Ilmen»
Tras un ataque enemigo,
en Vsvad quedan sitiados
los soldados alemanes,
que deben ser rescatados.
Y serán los españoles
los que den un paso al frente
en una homérica gesta
que ya quedará por siempre
escrita en letras de Gloria
en nuestra Historia castrense.
A las órdenes de Ordás
y de José Otero de Arce
doscientos esquiadores
ya se aprestan al combate.
Tienen que cruzar el lago
y no será empresa fácil.
A cincuenta bajo cero,
con ventiscas formidables,
venciendo simas profundas,
avanzan estos titanes.
«Hay que enlazar como sea
con aquellos alemanes,
dar la vida si es preciso».
Así habla Muñoz Grandes.
Y así Ordás y sus soldados
juran con su General,
que no cejarán su lucha
hasta que lleguen a Vsvad.
Van cayendo los valientes
en el frío inenarrable.
Por cada metro que avanzan
pagan un precio de sangre.
Muchos son los congelados,
pero siguen adelante,
cumpliendo como españoles,
con una Fe inquebrantable.
Ya en Ustrika, al sur del Ilmen,
se encuentran con alemanes.
Apenas cien españoles
pueden seguir en combate.
Muñoz Grandes les alienta:
«Hay que seguir adelante,
porque en Vsvad aún resisten
y esperan nuestro rescate».
«Sabremos cumplir», responde,
un Ordás desafiante.
Y apenas 15 valientes
con José Otero de Arce
hacen un último esfuerzo
y al grito de «¡Kamaraden!»
se funden en un abrazo
con aquellos alemanes
que no olvidarán jamás
a nuestros bravos infantes.
Aún siguió el sufrimiento,
resistiendo los embates
enconados de los rusos
que no cesan sus ataques.
Y aún más sangre española
regará aquellos lugares
para que en ella florezcan
los laureles imborrables
de una Gesta irrepetible,
de una Gesta inolvidable.
Ordás comunica así
el final de aquella hazaña:
«Salimos doscientos seis…,
quedan doce… ¡Arriba España!».
Manuel Cabo Fueyo