Algunas reflexiones sobre economía y actualización de conceptos económicos
Estimado lector:
Me gustaría plantearte una cuestión a propósito de la deuda pública para que veas hasta qué punto los dogmas neoliberales han calado en la población.
Veamos….
Como la deuda pública española es de aproximadamente el 110% del PIB, y el gasto público es casi el 40% del PIB, ¿qué te parecería un plan para pagar toda la deuda en 11 años sustituyendo cada año gasto público no esencial por cantidad equivalente al 10% del PIB por devolución de deuda?
¿UN PLAN PARA AMORTIZAR LA DEUDA PÚBLICA EN 11 AÑOS?
Como henos dicho, la deuda pública de España es aproximadamente del 110% del PIB y el gasto público anda por el 40% del PIB. ¿Qué tal si sustituimos cada año gasto público no esencial equivalente a un 10% del PIB por devoluciones de deuda y lo hacemos durante 11 años y no nos endeudamos más mientras tanto? ¿Habremos pagado la deuda en 11 años? No, en 11 años no habríamos pagado ni la mitad de la deuda, pero habríamos destruido casi completamente la economía y el empleo. Suponiendo un modesto multiplicador del gasto público igual a 1,5, esta vía para amortizar la deuda no conseguiría devolver en infinitos años más que el 60,61% de la deuda (ver fórmula abajo *), y en once años el PIB habría caído por debajo del 17% del PIB actual. Naturalmente, si reducimos el gasto público cada año en un 10% del PIB actual, en 11 años habremos destruido un porcentaje todavía mayor de la producción y el empleo. Solo hace falta tener unos conocimientos mínimos de economía para saber que la disminución del gasto público hace disminuir el PIB y hace crecer el paro. Esa no puede ser la vía hacia la amortización de la deuda: mientras haya paro, no se puede disminuir el gasto público; eso sí, se puede racionalizar para que sea más útil. La deuda debe comprarla, al menos en parte, el Banco emisor (el BCE) y tirarla a la basura. España lo podría hacer si tuviera su propia moneda nacional, y esa creación de dinero impulsaría la economía hacia el pleno empleo y así el gasto del Estado disminuiría y su recaudación aumentaría, corrigiendo el déficit El camino hacia el pleno empleo es el único camino transitable hacia la estabilidad presupuestaria y la amortización de la deuda. Y el camino hacia el pleno empleo pasa por el incremento del gasto público útil, tipos de interés reales permanentemente en torno al 0%, la protección de nuestra producción frente a deslocalizaciones y competencia desleal, y por supuesto, una tasa neta de inmigración negativa mientras exista paro.
Mi intención con todo esto es hacer evidente que no se pueden sustituir la ciencia y las matemáticas por la ideología, y que para opinar en economía hay que estudiar economía. Porque una cosa es la ciencia y otra la ideología, y otra la acción comunitaria y solidaria. Sin una teoría económica correcta, las mejores intenciones de los gobernantes pueden ser desastrosas. Y como vemos, el dogma neoliberal de la aversión irracional a la deuda nos lleva al desastre.

Los problemas reales son los de la economía real: paro, pobreza, desindustrialización, poco valor añadido de la producción nacional, falta de inversión en alta tecnología, etc.
Sinceramente, no creo que la deuda sea un problema tremendo porque creo que el BCE ha escarmentado desde la crisis anterior, y no va a permitir que la deuda se convierta en un problema real, y desde luego, si el BCE quiere que no se convierta en un problema real, no se convertirá. Creo que el BCE mantendrá los tipos muy bajos para que los Estados puedan cambiar deuda a tipos positivos por deuda a tipos nulos o negativos, de modo que la carga de intereses tienda a 0, y creo también que el BCE comprará deuda pública y renovará esas compras lo suficiente como para que los Estados no tengan problemas de financiación. Pero a los neoliberales les obsesiona la deuda, cuando por lo que sí habría que obsesionarse es por el paro, la precariedad y la pobreza, que es lo que no les importa a los neoliberales.
Y es que los neoliberales, como los progres, creen que no tienen que estudiar economía, que todo se lo da hecho la ideología, y eso es porque no les importa la verdad, no les importa tener argumentos o carecer de ellos, no pretenden hacer ciencia, en este caso ciencia económica, sino que pretenden, como hacían los marxistas, hacer pasar ideología – el individualismo en este caso – por ciencia económica. Y así no se hace el bien a nadie, a ningún país, ni a los trabajadores de ningún país. Pero como nosotros no somos marxistas ni neoliberales ni progres se supone que a nosotros todo eso si nos importa y deberíamos ser diferentes a ellos en todo.
Pese a lo que digan los mitos y los dogmas neoliberales, la deuda no es un sistema de dominación si el banco emisor se comporta como debe. Aunque el BCE probablemente lo hará bien, en todo caso yo entiendo que se diga que la cesión de soberanía monetaria es una forma de dominación, pero la deuda no lo es. La deuda de Alemania por las reparaciones de guerra tras la Primera Guerra Mundial no es nada parecido al momento actual, por lo que no se puede establecer esa analogía. Hitler llevó a cabo una política económica keynesiana desde 1933, incluso antes que Keynes, ya que este economista inglés lanzó su teoría económica en 1936. Estas políticas y reformas mejoraron la situación de las clases trabajadoras como nunca antes. También después, entre los años 1945 y 1975, las políticas keynesianas mejoraron la situación de los trabajadores. Ha sido después de 1975 cuando las políticas neoliberales han cambiado para peor esa situación. Y peor aún ahora con la globalización, cuyos mayores perjudicados son los trabajadores, motivo por lo que el patriotismo hoy solo puede entenderse como solidaridad con los perjudicados con la globalización, que son las clases trabajadoras (trabajadores asalariados, autónomos y desempleados).
Pero tengo claro una cosa: Dentro de los márgenes del sistema la mejor política económica no podrá cambiar muchas cosas porque cualquier plan económico deberá respetar el marco legal del sistema, la globalización, etc.

La Alemania de Hitler llevó a cabo lo que se llamó el «milagro económico alemán» y la consecución del pleno empleo mediante reformas y políticas keynesianas. Hitler no era economista, pero tuvo un equipo de buenos economistas que se pusieron a trabajar bajo la dirección del Partido teniendo en cuenta algo que Hitler sí sabía, y es que debía saltarse los márgenes del capitalismo para lograr dar trabajo a 6 millones de parados que le había dejado en herencia la democrática República de Weimar. Entonces esos márgenes se podían saltar porque entonces el capitalismo no era global como ahora. Sin esos márgenes se podía llevar una política a cabo la política económica y social necesaria para solucionar el problema del paro masivo. Pero Hitler hizo mucho más, por un lado, llevó a cabo la lucha contra la finanza y el patrón oro de acuerdo a las ideas de Gotfried Feder, y por otro lado, estableció un socialismo comunitario mediante la organización más numerosa de todas las de entonces, el Frente del Trabajo, dirigido por Robert Ley, junto a las demás organizaciones vinculadas a dicha organización, y mediante el Servicio del Trabajo dirigido por Konstantin Hierl, con el objetivo de que el socialismo no se redujera solo a la economía, a la política económica sino que se extendiera a todo y llegara a todos, incluso al ocio. Y todo ello fue posible entonces porque no tenía que sujetarse a corsés globalizadores, como sucede ahora: El socialismo del Nacionalsocialismo tenía moneda propia, podía mantener restricciones de importación y mantener intercambios de comercio exterior controlados, no tenía que aceptar una invasión inmigratoria de millones de inmigrantes, podía hacer leyes sin cortapisas de la UE ni de bancos o de la finanza, por lo que podía mantener empresas estatales o imponer un trabajo para cada familia, podía subvencionar lo que quería, etc…. Todo eso hizo Hitler. Mucho más que los gobiernos socialdemócratas posteriores a 1945, pues sin las cortapisas del capitalismo la economía puede funcionar y esas reformas se pueden llevar a cabo. Hoy, en plena era del capitalismo global, la socialdemocracia ha quedado como el papel higiénico del capitalismo. Por eso, el patriotismo y el socialismo son hoy más que nunca indisociables, y se deben manifestar como la sublevación de los perjudicados por la globalización, que son las clases trabajadoras frente a los beneficiarios de la globalización, que son los capitalistas.
Eduardo Núñez
(*) El sumatorio de esta fórmula calcula lo que se pagaría de deuda en infinitos años partiendo de un PIB=100, o sea, 10+8,5+…
60,61% es el porcentaje que 66,66 (200/3) representa de 110, pues hemos dicho que la deuda pública de España es aproximadamente de un 110% del PIB
