Señor Terminator…
No es ninguna novedad, que cualquiera que busque un aplauso fácil en política, una ovación o simplemente estar en la honda, recurra a seleccionar pasajes de la época del IIIReich y contar lo primero que se le ocurra, le hayan explicado o leído. Dudo que el Señor Terminator haya leído algo sobre esto, si no, se hubiese ahorrado la comparación realizada hace unos pocos días. Tal vez busque algún tipo de apoyo para futuras campañas políticas, no sé.
El famoso actor, ex gobernador de California, Conan el bárbaro, Terminator, hormona andante, etc… Nos dejó una auténtica muestra de cómo hacer el ridículo en público. Sujetando su espada de Conan, nos dio una clase de historia… Nos habló de «la noche de los cristales rotos»: la célebre revuelta histórica de la época del IIIReich, la cual se dio el gusto de compararla con el supuesto «golpe de estado» que sufrió el Capitolio de EEUU. Golpe de estado con un señor vestido de Ñu, que me parece igual de ridículo que su video.

Podríamos explicar lo que verdaderamente fueron aquellos años y porque acabó de aquella manera, pero creo que, explicar el contexto y definir a los actores se torna complicado, incluso políticamente muy incorrecto. Hay que buscar los motivos principales en dos sucesos.
El primero sería el boicot comercial que sufrió Alemania durante 5 años, impulsado por ciertos lobbies omnipresentes.
El segundo motivo, en los asesinatos del jefe del grupo nacionalsocialista suizo, Wilhem Gustloff (El 4 de febrero de 1936) a manos de Frankfurter* y el asesinato del cónsul alemán en París, Von Rath, por parte de Herschel Grynzspan*. Ambos atentados, fueron silenciados por la prensa internacional y esto indignó bastante a algunos líderes del Reich, entre ellos al propio Goebbels. La noche del 8 al 9 de noviembre, se llevó a cabo lo que la prensa mundialista titularía como «Kristallnacht». Revuelta que, dicho sea de paso, no fue bien recibida por los miembros del Partido.
Cabe distinguir que la «Kristallnacht» se llevó a cabo por las continuas provocaciones de ciertos señores durante los mencionados 5 años de boicot, más los asesinatos posteriores de funcionarios del partido en el extranjero. Y el asalto al Capitolio, me atrevo a presagiar, que no es más que una estratagema preparada desde el mismo sistema con fines de perpetuación.
Para entender cómo se desarrollaron los hechos mencionados por Terminator, poco conocidos hoy día y totalmente silenciados por los historiadores oficiales, recomiendo al lector de El oso Blindado el libro “La historia de los vencidos (suicidio de occidente)” del magnífico autor Joaquim Bochaca.
Volviendo al señor Terminator, debo mencionar que, en dicha aparición, toca un tema familiar poco agradable: su padre era un maltratador. Hace mención del problema que sufría su padre con la bebida y que esto le llevaba a cometer malos tratos sobre él y su madre. Una verdadera pena.

Escuda las adicciones y bajezas de su padre con la relación que tuvo con el ejército alemán durante la guerra (como saben su padre era Austriaco) y debido a su frustración por ello, ahogaba sus penas en el alcohol. Pero no sólo el, por lo que cuenta, todo el vecindario se encontraba en la misma situación. Me gustaría trasmitirle, que si el papá y el resto del vecindario sufría algún tipo de enfermedad, no es de recibo que culpe a un ejército el cual precisamente por su marco ideológico, iba totalmente en contra de este tipo de conductas.
Con lo cual, ya para despedirme del señor Terminator, me gustaría pedirle que agarre su espada de acero indestructible y que se vaya con el señor Trump a dar un paseíllo de ida (sin vuelta). Ya que a los dos les gusta la actuación y el show, dedíquense mejor al cine.
Alejandro Jiménez
Menudo «soplagaitas», «terminator»…
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