(INFORMACIÓN DE GRUPOS – CRÓNICA RECIBIDA)
HISTORIA VITAE MAGISTRA (La Historia es la Maestra de la vida); eso lo sabe tan bien el Sistema que precisamente lo que busca es manipularla y destruirla mediante la Mentira, es la fórmula más directa para construir una sociedad de esclavos y de subhumanos sometidos a una bestialidad obtusa y brutalmente materializada; esa inmundicia que llaman ‘democracia’ y de la que disfrutan tanto los tiranos como los tiranizados, algo así como los cerdos cuando se revuelcan en su propia porquería. La actual españita sin pulso, desvirilizada, sin alma y totalmente putrefacta, hoy con su siniestra, demoníaca y oprobiosa ‘ley de desmemoria histérica’ es todo un ejemplo palpable de ello, aunque la pura y triste realidad es que todo Occidente es hoy un completo lodazal, un inmenso e infecto estercolero.
Con motivo de la celebración del Día del Estudiante Caído, este pasado día 9 de febrero nuestra fratría H.T.B. quiso rendir homenaje al primer mártir oficial de la Falange Española, el camarada Matías Montero y Rodríguez de Trujillo (Madrid, 28 de junio de 1913 – Madrid, 9 de febrero de 1934), estudiante y militante del Movimiento Falangista vil y cobardemente asesinado por la chusma marxista (1). Matías Montero fue uno de los fundadores del Sindicato Español Universitario, convirtiéndose posteriormente en el Protomártir (uno de ellos) de la Cruzada y del ulterior Estado del 18 de Julio. Para nosotros, el 9 de febrero es simple y llanamente el DÍA DE LOS CAÍDOS; por tal razón se celebró Santa Misa en sufragio del alma del Caído de primera hora Matías Montero, el camarada italiano Stefano Delle Chiaie, la camarada Sonia Morales, los divisionarios Francisco Armengou, Diego Castillejos y Fernando Quintilla, y los, recientemente traspasados, Adrián Zarza y Emílio Diaz. Recordemos las palabras que el Fundador y I Jefe Nacional de la Falange pronunció en el funeral del héroe caído aquel lejano mes de febrero de 1934, ante la tumba abierta que recogía los restos del camarada Matías; José Antonio Primo de Rivera pronunció estas breves, pero a la vez bellas y lacónicas palabras: «Aquí tenemos, ya en tierra, a uno de nuestros mejores camaradas. Nos da la lección magnífica de su silencio. Otros, cómodamente, nos aconsejarían desde sus casas ser más animosos, más combativos, más duros en las represalias. Es muy fácil aconsejar. Pero Matías Montero no aconsejó ni habló: se limitó a salir a la calle a cumplir con su deber, aun sabiendo que probablemente en la calle le aguardaba la muerte. Lo sabía porque se lo tenían anunciado. “Sé que estoy amenazado de muerte, pero no me importa si es para bien de España y de su causa”. No pasó mucho tiempo sin que una bala le diera cabalmente en el corazón, donde se acrisolaba su amor a España y su amor a la Falange» “¡Hermano y camarada Matías Montero y Rodríguez de Trujillo! Gracias por tu ejemplo”. “Que Dios te dé su eterno descanso y a nosotros nos niegue el descanso hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte”. “Por última vez: Matías Montero y Rodríguez de Trujillo. ¡¡¡PRESENTE!!!”. Cuatro años después, este último y ardiente deseo joseantoniano pareció hacerse realidad -como si de una profecía cumplida se tratara-, cuando el Ministerio de Educación del naciente Nuevo Estado, declaró la festividad de tal fecha gloriosa con el fin de perpetuar “este ejemplo entre las jóvenes generaciones que, en el estudio asiduo y apasionado, o en la lucha viril y sangrienta, labran los sillares de la España Imperial” (Orden del 5-II-1938). Como decía Chesterton “lo más increíble de los milagros es que ocurren“…

Tal efeméride reunió a varios camaradas de nuestra fratría y de otras organizaciones en una conocida Iglesia que está justo al lado de lo que fue el ramal costero de la mítica Vía Augusta, ramal que en la época romana iba desde Barcino hasta Cornelianum (Cornellá) y el Delta del Llobregat (Rubricatus), que era el puerto principal de la colonia romana. La magistral homilía del Padre C. B. aún retumba en nuestros oídos, ensalzando en la misma la Vía Heroica frente a la decadente y acomodaticia mentalidad burguesa y puramente consumista de nuestros tiempos apocalípticos, pero también frente a la moderna tiranía encarnada por las plutocracias mundialistas y su Nuevo Orden Mundial, esta maldita y nauseabunda “aldea global” anti-mítica por definición, anti-sacral y totalmente profanadora; anti-humana definitivamente, porque todo lo que emana de este Sistema infernal es contrario a la verdadera vida humana, no digamos a las leyes del Cosmos y de la Naturaleza. Precisamente el Padre C. B. en su homilía resaltaría la brutal degradación de la enseñanza y de la educación que iba destinada precisa y muy acertadamente a extirpar de las jóvenes generaciones cualquier dimensión de la trascendencia, cualquier apertura a lo espiritual o al heroísmo. Hoy todo lo que nos rodea son ruinas, todo lo noble y bello es destruido, masacrado, humillado, mancillado: la Familia, la Patria, la Milicia, el Arte, la Religión, el Amor, el Honor, la Lealtad, el Orden, la Rectitud, la Belleza, el Hombre, la Mujer, los Hijos…

Nos cuenta el Páter en su preciosa homilía el artículo que el propio Matías Montero había escrito para la revista FE, titulado “Las flechas de Isabel y Fernando”; artículo que se encontró escondido entre las ropas del cadáver del joven Estudiante y Héroe. Destacó una frase de dicho artículo y que ojalá algún día se haga realidad en esta antaño gran nación hoy venida a menos, y envilecida como está en manos de miserables y de canallas politicastros sin escrúpulos: “Queremos conseguir una Universidad limpia de pasiones, bloque compacto de profesores y estudiantes, que marche entusiasta en pos de la cultura al servicio de la Patria”.
Esa Vía Heroica encarnada por Matías Montero y tantísimos otros que lucharon y murieron por una España y por una Europa mejor antes, durante y después de la denominada “Era del Fascismo” (1919-45, la última época donde Europa luchó hasta la muerte por su verdadero Ser), son hoy nuestro mejor recuerdo, nuestra mejor Guía Existencial; Ellos son la Norma, la Gracia, la Levadura. Como decía una de las estrofas de un viejo himno falangista: “Camaradas, siempre alerta estad, y a nuestros Caídos siempre recordad”. ¡¡¡SEMPER FIDELIS!!!
Joan Montjovis
NOTAS:
1.- Matías Montero escribió a Ledesma Ramos el 9 de febrero de 1931, pidiendo información sobre las J.O.N.S., donde acabó militando. Colaboró en la redacción de los estatutos del S.E.U., junto con Manuel Valdés Larrañaga, Julio Ruiz de Alda, David Jato Miranda y Alejandro Allanegui. Primer estudiante caído, el 9 de febrero de 1934. Fue asesinado por la espalda, de cinco balazos, cuando regresaba a su casa después de vender el número 6 de la revista FE. Sólo tenía 20 años. En el año 1938, en plena Cruzada Nacional de Liberación aún, el aniversario de su muerte se convirtió en la festividad del Día del estudiante Caído para todos los Centros Docentes. El propio Estado del 18 de Julio que hizo de tal festividad uno de sus grandes mitos movilizadores, sobre todo entre las juventudes universitarias de los años 40 y 50 del siglo pasado, poco a poco fue abandonando o arrinconando dicha conmemoración, sobre todo a partir de finales de los años 50 con la ascensión de los meapilas tecnocráticos del Opus. Por otro lado, recordad que el propio S.E.U., la institución en cuya fundación colaboró el propio Matías Montero y por la que en definitiva dio su vida, fue dinamitada por el propio Estado del 18 de Julio en 1965. Con la liquidación de lo que el propio Caudillo denominó como “Obra Predilecta del Régimen” (es decir, el Frente de Juventudes) primero, y la liquidación de lo que José Antonio denominó como “gracia y levadura de la Falange” (es decir, el S.E.U.) después, el Estado del 18 de Julio había cavado su propia fosa con 15 o 20 años de antelación a su muerte “oficial”…