Últimamente han aparecido muchos ‘planes’ y pitonisas sobre la llamada ‘era post pandemia’, como quien siempre setas, cada cual con sus propuestas y deseos.
Siempre he creído que todo ello no son más que deseos particulares convertidos en conspiraciones imaginarias o sueños de una noche de verano.
Pero hay un tema que si vale la pena comentar porque es muy mal entendido y ha generado muchos debates y comentarios en nuestros ambientes. Se trata de lo que se ha llamado “El Gran Reset”
Esta propuesta sale del libro “Covid-19. The great Reset” de Klaus Schwab, de 300 páginas. Schwab es el fundador en 1971 y dirigente del World Economic Forum de Davos, uno de los ejemplos de conclaves del poder mundial financiero.
Este plutócrata, que fue consejero del socialista Mitterrand, en Davos se reúnen muchos ‘socialistas’ tipo PSOE, ha escrito este libro, que es uno más de los documentos de planificación mundial.

Ha sido muy comentado y presentado como la propuesta innovadora de un reinicio total del mundo tras la pandemia, ese ‘Reset’ que anuncia.
He leído grandes aspavientos sobre ese ‘nuevo orden’ que expone, ligándolo todo a una conspiración que incluye la pandemia.
Por ello creo interesante plantear algunos puntos clave para abordar esa idea del Gran Reset.

1- Lo más importante es que las propuestas de ese “Reset” no tienen NADA, absolutamente nada, de nuevo. No son un Reset sino continuar con la ‘hoja de ruta’ seguida hasta ahora, y desde hace muchos años, por el Sistema actual. No hay una sola novedad, todo lo que indican como “re-inicio” es “re-continuación”.
Por tanto, es un engaño, pretenden hacer pasar por algo nuevo, solución imaginativa de un mundo nuevo, a simplemente seguir el camino que los últimos decenios más aceleradamente.
Por ello hemos de tener claro que la élite plutócrata y progresista del mundo, eso que llamamos Sistema, no desea cambiar nada sino solo imponer su camino de siempre de forma más rápida y, sobre todo, justificar su imposición.
2- La justificación de ese Reset, que es continuación acelerada e impuesta, viene dada por la pandemia, o sea por la idea de que los problemas que afectan al mundo deben ser resueltos de forma global, mundial, no por los Estados nacionales ni por los pueblos.
Eso es lo único nuevo, antes la justificación era la mayor ‘eficacia’ del mercado global. La globalización era una ‘solución económica’ que tenía la ventaja de ser apoyada por el mundialismo de los progresistas, la idea de igualdad de todos sin identidad.
Pero la eficacia del mercado global era muy poco creíble y además no permitía una imposición radical si solo afectaba a lo económico, y sus ventajas poco visibles. La inmigración descontrolada era difícil de justificar como algo necesario a las masas por sus presuntos beneficios económicos (más bien reducidos a hacernos creer que pagarían las pensiones) a cambio de paro, derroche de dinero en ayudas y problemas múltiples de convivencia.
Las propuestas igualitarias del progresismo tampoco eran suficientes para imponer temas supra nacionales, solo han logrado extravagancias sexuales y leyes de género.

Por tanto, la Pandemia ha dado una posibilidad de justificar medidas globales muy fáciles de presentar a las masas, previamente aterrorizadas por un virus francamente no tan grave como lo fue la Peste Negra.
Por tanto, el Reset se basa en que las medidas sanitarias del futuro para evitar otras pandemias exigen esas medidas globalizadoras que no eran sencillas de justificar por otros medios.
3- El texto del Gran Reset es de lo más vulgar. Se basa en el uso repetitivo, tan exhaustivo que aburre, de las mismas palabras: Reinventarse, refundar, ser inclusivos, hacer durable y estable, interdependencia, conexión, las crisis son una oportunidad, un mundo seguro…
4- La única base original es centrarse en la ‘seguridad’ ante futuras pandemias globales, y por tanto aprender de esta para forzar esas medidas de siempre de una forma radical, impuesta, pues el que se niega pone en peligro la salud de los demás, es un criminal. Por ello cada día sale algún afectado diciendo que, quien no cumpla todas las medidas que se dicten es como si hubiera matado a su familiar.
Cuando en Galicia han propuesto cárcel y multas al que no se vacune, no es un tema sanitario solo (que podría ser aceptable o no en un momento dado) sino platear que el poder puede obligarte a lo que sea a nivel particular, sin votarlo, con cualquier excusa sanitaria futura que se inventen. Tras la vacuna, que es lo más justificable de cara a la gente, vienen las baterías de medidas de control que hace tiempo proponen pero, no logran imponer aun. Ya no se trata de prometer un mejor servicio en un mundo global, sino de ser un delincuente si no eres obediente a esas imposiciones que veremos.
5- La propuesta, nada original, de un Gobierno Mundial para ‘poder abordar’ temas mundiales como la pandemia, pero luego para todo control, es una de las bases esenciales desde hace años del Sistema.
Las medidas sanitarias muestran un camino para imponer temas económicos como teletrabajo (eliminar en lo posible la asociación de obreros en lugares comunes), chip sanitario obligado, internet como medio para todo (y así controlable), eliminar dinero efectivo (insano dicen, pero sobre todo no controlable por el poder), endeudamiento gigantesco, salario universal en vez de trabajo universal (considerar el paro como algo normal a cambio de mal vivir de un salario mínimo sin ganárselo, lo que convierte el obrero en un funcionario sin trabajo).

La Big Data: pasaporte, tarjeta y chips, control de todo por medios de esos grandes sistemas de datos que se llaman Facebook, Instagram, tik tok, etc., donde los jóvenes aprenden a dejar de tratarse a cambio de conectarse, a depender de internet y sus datos.
6- Una de las cosas más curiosas del Gran Reset es que no se propone como algo a votar, a basarse en un sistema democrático, cosa curiosísima siendo una propuesta del Sistema. No, esta vez plantean que son medidas necesarias, indiscutibles, no debatibles. De la misma forma que jamás se ha votado la aceptación de una inmigración de millones de africanos y asiáticos, considerada como una obligación no votable, ese mismo tratamiento se quiere dar al Gobierno Mundial y a las medidas de control, algo inevitable y exigible sin más. No vaya a ser que la gente no las votase, pese al control masivo de los medios de propaganda e información.
En fin, todo esto No es nada nuevo, nada, así que el Gran Reset no es más que disfrazar de sanitario y necesario el plan del Sistema desde hace decenios. Una gran estafa.
Ramón Bau