La última locura, cada vez más extravagante, es denunciar la música clásica occidental como racista y colonialista.
Ciertamente, la censura racista anti blanca ejercida contra los cimientos de la civilización europea y cristiana parece no escatimar en nada. Según The Telegraph, la “desacreditación” de la realidad histórica de nuestro pasado, que hasta ahora afectaba principalmente a personalidades, estatuas y nombres de calles, se está extendiendo gradualmente a todos los ámbitos de la vida cotidiana. El diario británico indicó a principios de esta semana que la Universidad de Oxford está trabajando actualmente para reformar y modernizar sus programas. La música clásica pasa a ser demasiado eurocéntrica y demasiado blanca. La música clásica sería «colonialista». Y, por tanto, también lo haría su enseñanza.
¿Qué solución proponen? Reemplazar lecciones de compositores como Schubert por música africana y/o popular.

Enseñar a Mozart o Beethoven estaría demasiado vinculado al «período de la esclavitud» e impondría una «hegemonía blanca». Estos son los argumentos utilizados.
No es que sirva de nada pero, muestra la neurosis a la que está llegando todos estos activistas a sueldo del sionismo y la finanza.
RB