Walpurgis es una de las noches más especiales del año, cargada de energía y en la que la magia es especialmente intensa y poderosa. Es la noche en la que las brujas realizaban sus aquelarres y fue demonizada por el cristianismo para ser erradicada como festividad.
En realidad, lejos de ser una noche oscura y tenebrosa donde se invoca al diablo (como el cristianismo quiere hacer creer), era una noche en la que se rinde culto a la fertilidad y el amor. Se celebra que el invierno ha desaparecido definitivamente y es un día propicio para que surja el amor (en parte, por eso hoy en día se celebran tantas bodas en el mes de mayo).
Tradicionalmente, las gentes se reunían alrededor del fuego y pasaban toda la noche junto a las hogueras. Deberíamos pasar toda la noche junto al fuego sin desfallecer junto a nuestros allegados y seres queridos. Esa noche se celebra, como he mencionado, el amor y el renacimiento y también se recuerda todo aquello que no hemos acabado o hemos enterrado. Recordaremos como siempre a nuestros ancestros y meditaremos sobre todas las cosas inacabadas o que hemos dejado a medias en nuestra vida y sobre nuestros fracasos y errores, ya que, en algún momento, la adversidad ha podido con nosotros. En vez de avergonzarnos y abandonar la empresa en la que estamos sumergidos, retomaremos las riendas y cumpliremos con el destino de las cosas que no pudimos acabar, intentando solucionarlas.
De nuestras acciones dependerá como seremos recordados. Nuestra memoria y nuestros nombres vivirán porque dejaremos un legado y nuestras acciones harán que nuestros descendientes nos recuerden. Es momento de retomar fuerzas para superar la adversidad y tener éxito en las empresas futuras.

Esta noche o al día siguiente se puede hacer el palo de mayo decorado con cintas. Nuestros ancestros también hacían los “fuegos de necesidad” que consistía en encender fuego frotando una vara de madera sobre un trozo de leña para reforzar el destino sobre enfermedades sufridas.
El simbolismo de esta noche es la obtención de la sabiduría a través del sacrificio y el esfuerzo (muerte ritual) y el triunfo definitivo de la luz. Se comenzará con la oscuridad simbolizando el caos y la muerte y se encenderán las hogueras hasta el amanecer, como símbolo de resurrección de la luz sobre la oscuridad y obtención de la sabiduría ancestral. Esta festividad sería el equivalente cristiano de Pentecostés y la venida del Espíritu Santo.
El objetivo de mantenerse toda la noche en vela es realizar un sacrificio ritual para ver el amanecer. Cuando salga el Sol deberemos concentrarnos y estar relajados. Nos concentraremos en la vida y todo lo que crece gracia a la fuerza del Sol y pensaremos en todo lo que dejamos atrás esa noche. Sentiremos cómo la fuerza y energía del Sol penetra en nosotros y recarga nuestro espíritu. Todo esto nos dará fuerza para las batallas que están por venir. También meditaremos sobre toda la belleza de la naturaleza que llega en este mes de mayo y nos centraremos en seguir nuestro camino con sabiduría y cumpliendo las cosas que teníamos pendientes del pasado.

El primero de mayo, tras la noche de Walpurgis es el día del Trabajo y, por ello, haremos especial hincapié durante el amanecer en mentalizarnos de que nada que merezca la pena se consigue en esta vida sin esfuerzo, sacrificio y trabajo constante.
Gracias a estas festividades, el ser humano toma consciencia de, hasta qué punto es parte de la naturaleza y sus leyes, formando un gran Todo. Es reconfortante pensar que se pueden realizar actividades y acciones con el mismo simbolismo que movía a nuestros ancestros cientos o miles de años atrás. Al final a todos nos mueven las mismas preocupaciones: el ímpetu de vivir, la fuerza del amor y de la comunidad, lo bueno y lo bello de las cosas y el reconectar con nuestras raíces ancestrales. Puede que para muchos estas costumbres hayan perdido su viejo sentido, pero se puede percibir los lazos que las unen al pasado y las creencias de nuestros antepasados.
Olíndico