El Mito de la Caja de Pandora tiene dos versiones desde la época clásica, y cada una de las versiones corresponde a una visión optimista o pesimista del mundo.
Por supuesto la versión optimista es la que se ha mantenido de forma más popular en los tiempos posteriores.
Recordemos una base mínima del Mito:
Pandora fue la primera mujer, hecha por Hefesto (Dios del fuego y la forja, en Roma le llamaron Vulcano) debido a una orden de Zeus después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, le otorgara el don del fuego a la humanidad.
Prometeo (‘previsión’, ‘prospección’) es el Titán amigo de los mortales, hermano de Atlas, y descrito por Esquilo en su Prometeo encadenado.
Cuando los mortales e inmortales se separaron, Prometeo urdió un engaño para que, en adelante, cuando los humanos sacrificaran para los dioses, solo les reservaran los huesos y pudieran aprovechar para sí mismos la carne y las vísceras. Zeus, irritado por el ardid, les negó el fuego a los humanos, pero Prometeo, hurtándolo, se lo restituyó.
Para vengarse, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla, a la que llamó Pandora. Zeus le infundió vida y la envió a Prometeo, junto a un ánfora que no debía abrir.
Pandora abrió esa ánfora y dejó escapar todo su contenido excepto la ‘esperanza’ que quedó en ella para los hombres.
¿Qué contenía esa ánfora? Hay dos versiones.
En una, incoherente, pero la más extendida hoy, es que contenía todas las desgracias del mundo, y al abrirla se extendieron por el mundo. O sea, es una versión optimista en el sentido de que el mundo creado era perfecto y sin errores, y sus defectos son debidos a haber abierto la Caja de Pandora.

Es incoherente pues si quedó dentro la ‘Esperanza’, esta no es un mal, por tanto, no tiene sentido que quedara en el ánfora. Otros indican, más cínicos, que la Esperanza es un mal, es el engaño que nos mantiene creyendo que todo mejorará.
La otra versión es que la caja-ánfora contenía todas las virtudes de un mundo correcto, al abrirlas escaparon todas al Olimpo y el mundo no pudo disfrutarlas. Quedó para los humanos solo la Esperanza.
Es pesimista en el sentido de que considera al mundo malvado y desgraciado por naturaleza, desde su formación, y no pudo mejorarse por los humanos al abrir la caja y escapar las virtudes.
De todas formas, en ambos mitos queda reflejado que el mundo es un cúmulo de desgracias, y solo nos queda a los humanos la Esperanza, para bien o para mal.
Ramón Bau