El pasado miércoles 12 de mayo, el editor jefe de la revista polaca “Szturm”, Grzegorz Cwik, fue detenido y procesado bajo acusación de promover el “fascismo” y el “racismo”. La revista disidente de tirada mensual y de línea ns se distribuye bajo pedido en internet.
La acusación arremete contra Grzegorz Cwik por la edición de dos libros políticos. El primero consta de un recopilatorio de artículos publicados en la revista y la segunda de una edición en dos partes titulado «Los fundamentos científicos del etnonacionalismo», escrito por uno de los colaboradores habituales.
También se ha señalado como enaltecimiento del odio, la edición de un adhesivo ecologista, bajo el lema: “Destruimos el capitalismo antes de que el capitalismo destruya nuestro planeta”

El círculo de lectores de la revista y los camaradas de Grzegorz Cwik han abierto la posibilidad de ayuda económica para sufragar los gastos de fianza y defensa legal.

La declaración de Szturm no deja dudas de su compromiso disidente, europeo e identitario:
¡Somos radicales nacionales!
Esto significa que nuestro asalto final será llevado a cabo por el radicalismo polaco y europeo rico en tradición. Nos da energía intelectual y coraje, pero también es un gran compromiso del que somos conscientes y que queremos emprender, continuar y revitalizar con todas nuestras fuerzas.
Como nacionalistas, nos oponemos contra todo el poder de la tiranía de los supuestos «sesgos» de la disputa sociopolítica del presente: la derecha y la izquierda. El neomarxismo, el neoconservadurismo y el neoliberalismo son matices diferentes del mismo sistema pervertido y antinacional de los tiempos modernos.

El contenido de la frase «radicalismo» cercano a nosotros no es sólo auténtica intransigencia en la creación de visiones audaces de cambiar la realidad actual y poner en práctica nuestras ideas, sino también el radicalismo social. Observamos con cuidado a los millones de polacos y europeos cuyas vidas se ven rotas por los modos despiadados del capitalismo deshumanizado. Nos enfrentamos a la injusticia, y en el choque del capital cruel con el hombre común, nos ponemos despiadadamente del lado del hombre. Vemos esperanza para superar la enfermedad neoliberal de hoy en todo tipo de visiones basadas en los paradigmas de la solidaridad social y nacional.
Miramos con asco la realidad moderna de la política mundial, en la que el imperialismo con una debida falta de piedad busca destruir identidades hostiles. Para nosotros, la comunidad nacional no es sólo una estructura fundamental dentro de la cual se enmarca un solo ser humano, sino también, desde la política internacional. Así que, despreciamos todo imperialismo; sobre todo, aquellos cuya crueldad es aparentemente visible hoy en día: el imperialismo estadounidense, sionista y ruso.

Nuestra patria es Polonia, pero profundamente arraigada en los valores de la civilización europea. Europa es nuestro patrimonio común y uno de los elementos importantes de nuestras reflexiones. Por lo tanto, observamos con la máxima atención el desarrollo y la actividad de los movimientos nacionalistas dentro de otras naciones europeas, en un esfuerzo, en la medida de lo posible, por apoyar su lucha contra el orden transnacional que ocupa Europa y el mundo hoy en día.
Somos idealistas. Queremos crear ideas y ponerlas en práctica a través de los hechos. Por lo tanto, nos complace examinar todas las manifestaciones de idealismo que violan la convención posmoderna de la inutilidad de todo pensamiento y acción. La emoción que lleva al hombre a dedicarse a asuntos superiores a su interés individual es una manifestación de la más alta forma de nobleza y bondad.
Estamos aquí juntos para despertar corazones, mentes y conciencias. Somos la primavera del nacionalismo polaco del siglo 21. Somos la vanguardia y la agitación. «En la historia hay que romper como un Asalto».
Manu Beramendi