Los militantes de CasaPound depositaron una corona de laurel en memoria de Angelo Rizza frente a la pequeña iglesia del pueblo que lleva su nombre, en el territorio de Carlentini. Abandonado desde hace muchos años, el pueblo es uno de los muchos sitios sicilianos definidos como fantasmas porque quedan huellas cristalizadas de un pasado no muy lejano, y que la visita ha permitido redescubrir a los presentes. «Conociendo el pueblo pero principalmente rindiendo homenaje a nuestro conciudadano con una ofrenda floral, a aquel que se enamoró de la Revolución Fascista», explica el portavoz del movimiento.
Como resultado del escrutinio durante unas elecciones, grupos de socialistas en una provocadora actitud se detuvieron frente a la sede del club Pro Patria donde estaban presentes jóvenes fascistas. Los socialistas, animados por los primeros resultados que se anunciaban a su favor, lanzaron frases indignantes a los fascistas. De las palabras pasaron a los golpes, hasta que se escuchó un disparo que hirió de muerte el joven de diecinueve años Angelo Rizza.
No sirvió de nada la carrera hasta el Hospital Cívico Umberto I en Siracusa. Posteriormente un grupo de vecinos recibió su nombre y el pueblo de Carlentini que visitamos. Las crónicas de la época destacaron cómo en la posguerra se quitó todo lo concerniente a la figura del muy joven Angelo, como la placa en la Piazza Duomo en el lugar del cobarde ataque.
“Un día vivido en nombre de recordar y descubrir personas y lugares que cuentan mucho más que los libros escolares”.
-Medio disidente de agitación y combate cultural- 