25 de Xullo: Dia da patria galega

El 25 de julio es el Dia de Galicia, y con ese motivo queremos dedicar a este día la atención que merece para los que creemos en la Europa de las etnias.

El año pasado ya publicamos aquí un artículo más extenso dedicado a este tema, pero no por ello queremos dejar pasar esta fecha en este año.

Galicia comenzó a ser poblada en el Paleolítico, en la Edad de Bronce se levantaron los túmulos megalíticos, y hace 2500 años los celtas hicieron su aparición en la Edad del Hierro, surgiendo una sociedad que vivía en poblados fortificados en las alturas, los castros, y vivían del pastoreo y de la agricultura, así como de expediciones militares de pequeñas cofradías de guerreiros castrexos, de los cuales nos quedan sus estatuas en posición de parada. Esta sociedad castreña evolucionó a lo largo de los siglos y comenzó a urbanizarse y ser cada vez más organizada entre sus clanes hasta que llegó el Imperio Romano, durante cuya dominación, algunos clanes lucharon contra los romanos y otros pactaron con ellos. De entonces son, por ejemplo, las murallas romanas de Lugo (cuya raíz etimológica es la misma que la del dios celta Lug), que se conservan prácticamente intactas.

Descubrimiento de un guerreiro castrexo.

En esta época los castros se volvieron a reutilizar y entonces llegaron los suevos, un pueblo germano que fundó en el siglo V el reino suevo de Gallaecia, el primer reino independiente no solo de España sino de Europa, y que además dio lugar al primer rey germánico católico (el resto de reyes germánicos bajo Roma eran arrianos). Los suevos fueron un pueblo germánico procedente del norte de Europa. Su asentamiento primitivo se encuentra en la zona del mar Báltico, llamado por los romanos “Mare Suebicum”. Tácito los menciona, aunque llama suevos a todos los pueblos germánicos del este (marcomanos, quados, turingios y alamanos). En sus migraciones, los suevos se dirigieron hacia el sur y el oeste, quedándose un tiempo en el área de la Alemania moderna. En esta época, varias tribus se separaron del grupo central de los suevos para formar los alamanes de donde nos llega, a través del francés, el nombre de Alemania.

Después del paso del Rin, en el año 406, los suevos, junto con los vándalos y alanos, atravesaron las Galias y llegaron a la Península alrededor del año 409, siendo dirigidos los suevos por Hermerico, el primer rey suevo. Durante algún tiempo recorrieron la península sin establecerse permanentemente, hasta que en el año 411 dejaron su vida nómada y por un reparto de tierras pasaron a asentarse en el noroeste y en otras áreas de la península, dejando libre la vieja provincia de la Tarraconense. A esta situación se llegó por un pacto entre estos pueblos «bárbaros» y los romanos bajo Flavio Constancio. Indudablemente este acuerdo no tuvo la categoría de los grandes «Tratados» entre los romanos y algún pueblo bárbaro, como los visigodos, por ejemplo. Se supone que sólo se refería al permiso de ocupar unas tierras, pero sin una vinculación estrecha con la población existente que, en el caso que nos ocupa, era la galaico-romana y que sería la que seguiría viviendo en los centros más importantes, como las ciudades y los principales castros. Los suevos se instalaron en el campo y, por razones étnicas o de tipo religioso y social; siempre hubo una cierta hostilidad entre los recién llegados y los que ya vivían en el noroeste. La zona de ocupación debió de ser la Galicia actual, junto con las tierras situadas entre le Duero y el Miño, es decir, en el norte de Portugal, que en conjunto cogían los conventos lucense y bracarense. Pero al este, el territorio se ocupó por los vándalos asdingos. En un principio la población sueva no se debió dispersar mucho, ya que su número no era muy grande (treinta y cinco mil, según Reinhart) y siempre estarían mejor agrupados para los casos de peligro.

Conforme se avanza en el tiempo, los suevos se fueron organizando mejor y comenzaron a hacer correrías por las tierras gallegas, atacando ciudades y luchando contra otros pueblos (vándalos, por ejemplo) y practicando una política expansionista. Con el tiempo se integraron en la comunidad galaico-romana. Las fuentes literarias hablan de un «Regnum Suevorum» (Idacio) o de un «Galliciense Regnum» (San Gregorio de Tours), lo que ya indica, en este último caso, el territorio que ocuparon. En los primeros momentos no existía una capital fija. Con el tiempo Braga se convirtió en centro del nuevo estado, pero sin que esto quiera decir que, ocasionalmente, no hubiera otras capitales, bien sea con carácter temporal o bien con un matiz itinerante. Así, se sospecha que Miron estableció la capital en Orense. Hermerico fue el primer rey suevo desde el asentamiento de los suevos en la península, y el que más tiempo gobernó: del 409 al 441. En el año 419 tuvo que luchar contra los vándalos, siendo sitiado en los Montes Nerbasos, en la comarca del Bierzo. Gracias a la ayuda que le proporcionaron los romanos, pudo evitar la derrota y la sumisión. Alrededor del año 430, los suevos comenzaron a atacar diversas partes de Galicia, por razones demográficas, reparto de tierras y para imponer un dominio y control sobre todo el territorio, y para convertir lo que era zona de influencia en zona de ocupación, ya que estos ataques se dirigieron contra las partes interiores de Lugo y Orense.

A partir de entonces, se puede apreciar un cierto acercamiento entre la población galaico-romana y la sueva, lo que, sin duda, influirá en los acontecimientos posteriores y facilitará las nuevas expediciones guerreras de los suevos. En el año 438, se firmó una nueva paz entre Aecio y Hermerico, por lo que la provincia de Gallaecia pasó a manos suevas. Esta etapa se caracteriza por una política expansionista que tiene como consecuencia la conquista de Lusitania y de la Bética. Por entonces, los vándalos realizaron una expedición contra Galicia, saqueando parte de sus costas. El rey suevo Rekiario, hijo de Requila, se convirtió al cristianismo. Su reinado (448-456) es muy importante por lo que supone de culminación de la política expansionista suévica en un intento de conseguir la unidad peninsular. Por otro lado, con su conversión al cristianismo, favoreció la integración de las poblaciones galaico-romanas y suévicas, así como el apoyo de las jerarquías eclesiásticas. Al casarse con una hija del rey Teodorico estableció una alianza con los visigodos. Sin embargo, las sucesivas incursiones en los territorios de la Tarraconense fueron mal vistas por los visigodos, lo que trajo como consecuencia que Teodorico se dirigiera contra Rekiario a quien derrotó en la batalla del río Orbigo, en el año 456, siguiendo camino hasta Braga, ciudad que resultó completamente saqueada. Después de estos desastres, para el reino suevo, se produjo un largo periodo de descomposición interna, caracterizado por la aparición de reyes contemporáneos y por las luchas entre las diversas facciones, que tenían como asentamiento las zonas lucense y bracarense, respectivamente. Tras un breve periodo de gobierno de Agiulfo, la Galicia del Norte eligió como rey a Frantan y la del Sur a Maldras. Se sucedieron los ataques en las zonas contrarias, con incursiones por las tierras del Duero y de Lusitania, con nombramiento de nuevos reyes (Remismundo e Frumario). En el año 460, se produjo el ataque de los suevos a la ciudad de Lugo, aprovechando la Pascua, y matando al Rector de la misma y a personajes dirigentes de la sociedad galaico-romana. El rey Teodomiro, en el año 559, se convirtió al cristianismo, influido por San Martiño Dumiense, natural de Panonia y que desarrolló en la Galicia bracarense una importantísima labor. Le sucedió en el puesto Miron (570-583) quien convocó el II Concilio de Braga, que significó una depuración de la iglesia galaica contra Leovigildo, siendo derrotado en el 576, pero más tarde acudió en ayuda de Hermenegildo contra su padre, firmando la paz con él, sin siquiera empezar las hostilidades. Con la muerte de Miron se precipitó el final del reino suevo y tras los breves reinados de Eborico, Andeca y Malarico, Leovigildo asumió Galicia en el año 585.

Ariamiro o Teodomiro con los obispos Lucrecio, Andrés y Martín de Dumio.

Al reinado suevo sucedió el visigodo, que se desintegró más tarde frente a las intrigas palaciegas, facilitando con ello la invasión del 711 y la entrada el Islam.

Las tropas musulmanas llegaron a Galicia, si bien no llegaron a asentarse.

En el año 813 se descubrió la tumba del Apóstol Santiago. Miles de personas peregrinaron a Santiago de Compostela buscando la absolución de los pecados. Esto posibilitó que llegaran a Galicia y a las regiones por las que pasaba el Camino de Santiago nuevos conocimientos.

Santiago Matamoros por Giovanni Battista Tiepolo (Museo de Bellas Artes, Budapest).

A finales del siglo X llegaron a Santiago los musulmanes que destruyeron la ciudad.

La unificación que pretendieron hacer los Reyes Católicos en el país provocó que el gallego cayera en desuso en la Administración, manteniéndose gracias a que lo hablaban los ciudadanos.

Respecto a la bandera del reino de Galicia, hay que decir que contaba ya con una bandera medieval de fondo azul o de fondo blanco con el cáliz. Y posteriormente, en 1571, el reino de Galicia participó con su propia flota y su propia bandera militar en la batalla de Lepanto, esta bandera presentaba el Santo Graal sobre fondo rojo. Y una bandera naval del reino de Galicia en el siglo XVIII presentaba el Graal sobre fondo blanco. De ésta última deriva la actual bandera de Galicia.

Durante el siglo XIX se produjo una emigración masiva de gallegos a América. Uno de los principales puertos de salida de los emigrantes gallegos era Coruña. La bandera asignada a la provincia marítima de Coruña en septiembre de 1845 consistía en una cruz de San Andrés azul sobre fondo blanco. Una de las teorías que se baraja sobre el origen de la actual bandera de Galicia sería que los emigrantes gallegos al llegar a su destino en América habrían adoptado la bandera de la provincia marítima de La Coruña, que ondeaba en el puerto y en los transatlánticos, como bandera de Galicia. Sin embargo, otra postura defiende que la bandera habría sido creada por los galleguistas del Rexurdimento, y que la bandera blanca con franja transversal azul ya habría aparecido durante el traslado de los restos de Rosalía de Castro los días 25, 26 y 27 de mayo de 1891 (un mes antes de que se decretase la nueva bandera marítima). Autores como Abelardo Novo apoyaron esta postura.

Rexurdimento.

En ese siglo destaca en las letras gallegas la que fue, es y será siempre la poetisa del alma gallega: Rosalía de Castro (1837-1885). Rosalía representa junto con Eduardo Pondal y Manuel Curros Enríquez una de las figuras emblemáticas del Rexurdimento galego, la etapa cultural que se desarrolló en Galicia a lo largo del siglo XIX y que tuvo como característica principal la revitalización de la lengua gallega como vehículo de expresión social y cultural tras el periodo de «ostracismo» que se conoce como séculos escuros (siglos obscuros). Se trata de un periodo simultáneo y similar al de la Renaixença catalana. La fase de transición entre los séculos escuros y el Rexurdimento suele denominarse en la historiografía literaria como prerrexurdimento. Las figuras literarias esenciales del Rexurdimento fueron Rosalía de Castro, Eduardo Pondal, Manuel Curros Enríquez y Valentín Lamas Carvajal. En esta etapa se reavivó el espíritu regionalista y la identidad de las regiones españolas. La consideración de las lenguas no oficiales cambió y se revalorizaron, contra la horma universalista de la Ilustración, las tradiciones, lenguas y dialectos autóctonos. En Galicia, chocaban la lengua castellana, urbana y favorecida por la burguesía, y la lengua gallega, que se consideraba rural y campesina y que se encontraba sin cultivo literario y sometida a una gran diglosia. Por ello apareció entonces una conciencia nacional y se reivindicó el idioma gallego como distintivo de la personalidad de Galicia, lengua, que filológicamente es la misma que el portugués.

Rosalía de Castro, Manuel Curros Enriquez y Eduardo Pondal.

Toda la obra de Rosalía es muy recomendable. Recomiendo para quienes no la hayan leído, que lean “Cantares gallegos”.

El himno de Galicia fue escrito por el poeta y escritor nacionalista gallego Eduardo Pondal (1835-1917), en cuya letra aparecen la nación celta (“hijos de los nobles celtas”) y un líder importante conocido como Breogán cuando se habla de “la nación de Breogán”. Pues se eligió como letra del himno gallego las cuatro primeras estrofas de su poema “Os pinos”, publicado dentro de su obra “Queixumes dos pinos”, en 1886. A dicha letra le puso música Pascual Veiga en 1890.

Los orígenes de esta celebración del Dia de Galicia se remontan a 1919, año en que se reunió en Santiago de Compostela la Asamblea de las Irmandades da Fala, que acordó celebrar el Día de Galicia el 25 de julio del año siguiente. Hubo que esperar hasta mediados de los años 20 para que este día se celebrase en casi toda Galicia, así como en los centros de emigración gallega, que difundían la ideología galleguista y la tradición gallega. As Irmandades da Fala fue una organización nacionalista gallega activa entre 1916 y 1931 que desarrolló actividades políticas y culturales en Galicia. Políticamente, representaron la definitiva superación del regionalismo como ideología reivindicativa, adoptando el nacionalismo como única vía posible para el desarrollo de la identidad de Galicia. Y culturalmente, asumieron por primera vez el monolingüismo en gallego y llevaron a cabo iniciativas normalizadoras del mismo, impulsando la generalización de su uso en todos los ámbitos sociales y culturales. En el congreso celebrado en noviembre de 1918 en la ciudad de Lugo, las Irmandades establecieron su programa político. En 1919 Antón Vilar Ponte convocó una reunión en el salón de la Real Academia Galega en Coruña, y así nació A Irmandade dos Amigos da Fala y de ahí surgirán diferentes Irmandades en Lugo, Santiago, Pontevedra… Hasta constituir As Irmandades da Fala. La VII Asamblea de Pontevedra en diciembre de 1931 acordó la creación de un partido político que aglutinase al galleguismo, que llevará el nombre de Partido Galeguista (P.G.), fundado ese año.

Irmandades da Fala.

El galleguismo contó con importantes intelectuales como los de la Generación “NÓS”, Castelao (1886-1950), Vicente Risco (1884-1963), Xosé Filgueira Valverde (1906-1996) o Ramón Otero Pedrayo (1888-1976).

El Grupo “Nós” estuvo formado por un conjunto de escritores y literatos gallegos, coetáneos de las “Irmandades de Fala”, que confirió a la cultura gallega una gran altura intelectual. El nombre de esta generación de escritores proviene del título de la revista que publicaron (“Nós”). Estuvo compuesto, entre otros, por Vicente Risco, Ramón Otero Pedrayo, Antón Losada Dieguez, Florentino López Cuevillas, Ramón Cabanillas, y Casteao, que fue el director artístico de la revista “Nós”, pues se intentó también que el diseño gráfico ayudase a conseguir esa dignificación y a crear una estética genuinamente gallega, por lo que Vicente Risco dejó a Castelao como responsable artístico. El 30 de octubre de 1920 sacó en Orense el primer número de la Revista “Nós” publicada en gallego con el subtítulo de ‘BOLETÍN MENSUAL DA CULTURA GALEGA’. Esta revista galleguista se editó entre 1920 y 1936 con contenidos literarios, lingüísticos, artísticos, etnográficos, filosóficos y de pensamiento político. Nós fue impulsada y dirigida por Vicente Risco, quien buscó insistentemente colaboraciones de fuera de Galicia para darle a la revista una dimensión europea.  La revista trataba esencialmente dos ámbitos distintos: por un lado el descubrimiento de la identidad gallega, introduciendo líneas de investigación nuevas y contribuyendo a la modernización metodológica que afectó fundamentalmente a la arqueología, etnografía, historia y pensamiento; y por otro lado la presentación de las ideas que iban apareciendo en Europa. Para este fin se exploraron las culturas europeas que se consideraban más próximas a la gallega: la irlandesa (en Irlanda se estaba convirtiendo en estado independiente por entonces) y la portuguesa (en Portugal florecía la lengua gallega).

Publicación NOS.

El último número de la revista salió poco antes de la sublevación del 18 de julio de 1936 y no se llegó a distribuir, tan solo dos ejemplares llegaron a sobrevivir a la quema de la imprenta por los franquistas.

De rigurosa formación intelectual y literaria todos ellos, estos hombres realizaron un valioso trabajo de estudio y fortalecimiento de la cultura y literatura gallega.

En la Segunda República española se redactó el Estatuto de Autonomía, debido a la labor de intelectuales galleguistas como Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao.

Vicente Risco fue una figura clave para el nacionalismo político gallego al ser un intelectual con un gran nivel cultural, especialmente con su obra la “Teoría del nacionalismo gallego” en 1920. Antes, en 1917 había fundado “La Centuria”, considerada como un antecedente de lo que sería la famosa revista galleguista “Nós”. Tras ingresar en las “Irmandades da Fala” ese mismo año, en 1917, pronunció su primer discurso en un acto de apoyo a Francesc Cambó. A partir de entonces desarrolló una brillante trayectoria política y literaria marcada por una ideología que se basaba en la crítica al progresismo y a la modernidad, y en la defensa de las tradiciones. Vicente Risco defendía una Galicia formada por campesinos y marineros porque esa es la Galicia que guarda la esencia de su raza celta y sueva, que glorifica a los tiempos pasados de grandes glorias gallegas. En esa línea es muy recomendable su obra “Do sentimento da terra na raza galega”, de 1920.

De una visita que hizo a Alemania en los años 30 surgió su libro “Mittleuropa”, en 1934.

Otra figura clave del nacionalismo gallego es la de Alfonso Daniel Rodriguez Castelao, intelectual polifacético, político, escritor, pintor, dibujante, etc, de quien cabe mencionar en esta ocasión su discurso del Dia da Galiza (25 de Xullo) de 1948 titulado “Alba de Groria”. Por entonces, en 1948, Castelao ya estaba en el exilio en Buenos Aires, muy activo en el Centro Gallego de la capital argentina. Merece la pena leer aquel discurso porque es muy bueno.También es muy recomendable leer su obra “Sempre em Galiza”.

Castelao.
Castelao.
Castelao.

El último de los grandes escritores galleguistas ha sido Xosé Filgueira Valverde.

Fue cofundador en 1923 del Seminario de Estudios Galegos. Creó en 1927 el Museo de Pontevedra con el que colaboró hasta el final de su vida.

En 1928 Filgueira Valverde había presentado su tesis doctoral, calificada con Sobresaliente, en la Universidad Central de Madrid, sobre la Cantiga CIII de Alfonso X el Sabio.

Fue miembro del Partido Galeguista desde sus comienzos, pero lo abandonó en 1935 para crear otro partido, Dereita Galeguista. En febrero de 1936, y ante la incorporación formal del Partido Galeguista al Frente Popular, Vicente Risco y siete afiliados de relevancia de Orense dejaron el PG, y en Santiago de Compostela se les unió Mosquera Pérez y Manuel Beiras.

Vicente Risco.

Para entender esto, es preciso darse cuenta de que la estupidez de la derecha centralista permitió que la izquierda, que entonces era marxista-leninista, y que jamás estuvo presente en el galleguismo inicial, se haya apropiado de ese campo nacionalista mediante la teoría del derecho de autodeterminación de los pueblos. Al rechazar la derecha el galleguismo por ser centralista, la izquierda se hizo “nacionalista” para ocupar ese espacio político. Y esto mismo ha sucedido en toda España. El nacionalismo gallego actual es mayoritariamente de izquierdas porque los ideólogos nacionalistas gallegos de derechas se habían entregado a Franco y su testigo lo recogieron los galleguistas en el exilio y la clandestinidad, que vieron en el derecho a la autodeterminación de los pueblos oprimidos (que en aquella época comenzaban la descolonización) a llevar consigo las teorías de sus maestros a una nueva etapa, carente de toda base histórica dentro del nacionalismo gallego. En toda España la estupidez del centralismo derechista ha llevado a la base popular nacionalista a manos de una izquierda que se ha desligado del internacionalismo propio de los partidos comunistas y marxistas, para ocupar el espacio político “nacionalista” o pseudonacionalista.

Tras la guerra civil, Filgueira Valverde colaboró con el régimen franquista, llegando a ser alcalde de Pontevedra. Desde 1942 y hasta 1986, Filgueira Valverde dirigió el Museo de Pontevedra. En 1942 fue nombrado miembro numerario de la Real Academia Galega y vocal del Instituto da Lingua Galega de la Universidad de Santiago de Compostela en 1972. Dirigió el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, presidió el Consejo de la Cultura Gallega y fue miembro de la Real Academia Gallega, la cual acordó dedicarle el Dia das Letras Galegas del año 2015 por su trabajo divulgativo a favor de la lengua e de la cultura gallega.

Seminario de Estudios Galegos.

La representación moderna y oficial del escudo gallego fue fijada en el año 1972 por la Real Academia Gallega (RAG).

El 1 de enero de 1979, la Xunta de Galicia decretó el 25 de Julio como el Día da patria galega, día de la festividad del Apóstol Santiago, Patrón de España.

En 1982 se aplicó un nuevo Estatuto de Autonomía y se reconoció el derecho a enseñar el gallego y a que Galicia tuviera sus propios órganos de gobierno.

¡Feliz Dia da patria galega!

Eduardo Núñez

Música del himno gallego:

Letra del Himno gallego:

http://www.himnogallego.com/galego.htm

Fundación Vicente Risco:

http://www.fundacionvicenterisco.com/

Una web con pinturas y dibujos de Castelao:

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