Después que el gobierno francés, de forma imperativa y sin legalidad, disolviera “Génération Identitaire» y deteniendo, para pedirle una gran cantidad de prisión a Rémy Daillet, es evidente que No habrá ninguna gran manifestación ni protesta ante la eliminación de toda oposición incluso legal y pacífica.
Nada de nada, no hay alternativa ni siquiera moderada que no sea prohibida, censurada o reducida al silencio total, sin que la gente proteste ni se mueva. Ya no hay un país real, ni un pueblo, solo egoísmos, vivir individualmente sin nada más que el dinero como objetivo, y la comodidad de norma de vida.
Solo acontecimientos inesperados y ahora no previsibles pueden cambiar las cosas. Mientras nuestro deber pasa por la formación y la luchar siendo conscientes de esta situación, no debemos ceder en ideas para no lograr nada.
RB