¿Somos ilusos? Reflexión…

Pongamos que yo tuviera 6.000 millones de euros en fondos, acciones, empresas de internet, grandes relaciones y beneficios inmensos anuales.

Imagina que manejo fondos de inversión de 30.000 millones de dólares, dinero de muchos millonarios, invertidos en mil empresas de nombres diversos, pero con famosos y rentables productos.

Pon que tienes el apoyo de un gobierno con miles de matones (llamados Mossad), armas de todo tipo, formación de expertos en asesinos, espías, en lo que sea.

O que tuviera parte del negocio de la droga, poder que no está en los pistoleros sino en montañas de dinero y los medios para difundirla y blanquear el dinero, ese dinero con el que luego otros pagan a las mafias de pistoleros.

Cada uno de ellos recibe cada año miles de millones de beneficios entre paraísos fiscales, y parte en países donde paga impuestos visibles para no quedar mal.

¿Me preocuparía por nuestros apreciados camaradas que montan un partido por ahí, que organizan algunos planes muy elaborados, incluyendo un documento ideológico, tácticas y estrategias para no tener pasado fascista y así pensar que van a lograr un buen éxito?

¿Me ocuparía ni siquiera de seguir a esos grupos y partidos para cuidarme de que no prosperaran mucho? No, quizás valdría más la pena donar unos muy pocos millones a grupos antifascistas, SOS Racismo, abogados y otras ONG’s de similar talante para que ellos se ocupen de esas nimiedades.

Mamporreros del sistema.

Bueno, si algún país dispone de fuerza suficiente para preocuparme, quizás sí que usaría las influencias en otros países y en los medios de prensa, Tv, etc.  para provocar una guerra civil allí, un atentado, apoyo a la oposición, o un boicot, pero desde luego no me iba a preocupar por el Partido de los Alternativos Revolucionarios con sus 20.000 votos en el mejor de los casos.

Si un partido logra más éxito se le corrompe, sin ruido excesivo, normalmente ellos mismos ya tratan de ser comprados y aceptados. Se venden barato por cargos y sueldos. Tanto a la izquierda como a la derecha los extremos que prosperan se moderan y se adaptan al poder. O no prosperan más.

Las prohibiciones y represiones con para minorías ínfimas, nosotros, y no porque seamos un peligro sino por el placer que les da el fastidiarnos.

¿Soy pesimista? No, es que hay que analizar la realidad actual. Puede cambiar por causas internas o externas, que están fuera de nuestro alcance, pero que la Historia ha demostrado que aparecen inevitablemente en todo Sistema tarde o temprano. Y entonces esos poderes actuales estarán muy debilitados, no por nuestra acción sino por las crisis internas del propio sistema o por elementos externos ahora no previsibles a medio plazo.

De forma que cuando me dicen que dejemos de hacer actos por Hess para así poder aspirar a un éxito electoral, aunque no sea ya revolucionario, me suena a chiste de mal gusto. Eso no es venderse, es regalarse.

Marcha en recuerdo de Rudolf Hess.

Cuando se forma cada año algún partido con afanes de lograr votos con presupuestos de miseria (si es que ni siquiera han pensado en calcular su presupuesto) la cosa queda ya dentro de lo penoso.

Claro que hay que actuar, pero sabiendo en qué momento estamos, y a que podemos aspirar. Evola dijo “Mantenerse en pie en un mundo en ruinas”, yo daría un paso más, y eso ya es atrevimiento: Formarse y prepararse para un futuro posible, sin fecha previsible, sin ceder ni en ideas ni en Honor, cumpliendo el Deber, y confiando en estar preparados si un día las circunstancias externas o internas del Sistema dejan luz para un periodo de posibilidad de cambio.

Porque el día ese, deberemos o deberán combatir a esos poderes que ahora ni siquiera nos atienden, menos mal, y no serán ni pacíficos ni solo legales los medios que utilizarán. Entonces será cuando frente a la constancia necesaria ahora, hará falta el enfrentamiento y el valor directo.

«Entonces será cuando frente a la constancia necesaria ahora, hará falta el enfrentamiento y el valor directo»

Y no es más difícil combatir corto tiempo a sangre y fuego con esperanzas de éxito, que resistir 50 años de una vida sin éxitos, aunque sea con un nivel inferior de problemas pero, sin dejarlo ni desanimarse.

No seamos ilusos, los poderes del Sistema ni nos observan, dejan eso a unos pocos fiscales y grupos Antifa, nuestro verdadero enemigo es doble: por un lado, la tentación de venderse y por otro dejarlo todo, o todo lo más dedicarse twittear o predicar desde un sofá. Y el único camino es la constancia activista, sin esperanza pero, sin desesperar… difícil contradicción. Es el pesimismo activo.

Ramón Bau

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