Este 30 de noviembre se conmemora el 83 aniversario de la muerte de Corneliu Codreanu, el dirigente de la Guardia de Hierro rumana, y quizá el caso más claro de los líderes que escribieron con el ejemplo.
Mientras la organización actuó en política y Codreanu fue elegido diputado, a la vez que organizó una rama militante, la Guardia de Hierro. Tras la disolución del Parlamento y el establecimiento de una monarquía por el rey Carlos II de Rumania en 1938, Codreanu fue encarcelado junto con otros legionarios; sufrió tortura, fue apaleado y tuvo que soportar ver incluso sufrir a su propia familia, a la que adoraba. Por todo ello, su mejor obra fue sin duda su propia vida. Seguramente por eso, fue Codreanu y su Guardia de Hierro, el jefe y el movimiento que más vivamente impresionaron a Julius Evola, el principal exponente del pensamiento tradicional. Codreanu era al líder místico que establecía una comunicación supranormal entre él y las bases; la organización del partido era más la de una Orden guerrera que la de un movimiento político; la fidelidad de Codreanu hacia las ancestrales tradiciones rumanas y su concepción racista-espiritual le hacían la imagen ideal del conductor de una élite a través de las ruinas del mundo moderno.
Le recordamos con esta selección grafica de sus máximas de lucha.







