El 9 de enero de 1927, es decir hace 95 años, fallecía el pensador británico Houston Stewart Chamberlain. Chamberlain, uno de los precursores del nacionalsocialismo fundacional, es un personaje totalmente desconocido a partes iguales, tanto para detractores del nacionalsocialismo como de partidarios de la Idea.
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Chamberlain provenía de familia de alta alcurnia. Hijo de un almirante británico, cuyo linaje se remonta hasta los famosos condes de Westmoreland y los mismísimos Plantagenet que fueron la dinastía reinante en Inglaterra entre 1154 y 1399.
Antes de cumplir un año quedó huérfano y fue criado por un familiar suyo en el país Galo. Pasó una pequeña parte de su juventud en su país natal para más tarde residir en una ciudad del lago Lemán llamada Montreux (Suiza), con un tutor alemán llamado Otto Kunze que forjó su carácter e interés por la cultura. En su adultez viajó por toda Europa, quedando impresionado por la idiosincrasia alemana y quedándose a vivir en tierras germanas.

Conoció de cerca y cultivó sus bastos conocimientos con sus estudios sobre Richard Wagner, Goethe o Kant, y a su vez glorificó las tradiciones y valores alemanes, surgiendo en él un fuerte germanismo que procedía de su identificación de los orígenes anglosajones y franco-normandos de sus ancestros. Acabaría irremediablemente adoptando la nacionalidad alemana.
Concebía la historia de Occidente en términos puramente aristocráticos. Formó su propio pensamiento europeísta, con ideal de nacionalista romántico, despreciando de forma absoluta la corrupción política imperante en la democracia. También denunciaba a los corruptores del espíritu europeo lo que le granjeó seguidores en el ambiente radical de la época. Durante la Primera Guerra Mundial sus escritos obtuvieron mucha popularidad y relevancia. Después de la contienda Chamberlain desarrolló una variante de la enfermedad de Parkinson que le deterioró muy rápido.
Durante una visita a Bayreuth, Chamberlain conoció a Hitler, el hecho de que Hitler fuera un ardiente wagneriano, fue motivo esencial para una profunda amistad entre ambos, quedando Chamberlain totalmente convencido del destino del joven líder.

En septiembre de 1923 escribiría una carta abierta de agradecimiento y admiración al líder del NSDAP, convirtiéndose de este modo, en la primera celebridad en respaldar al Partido.
Cuando Hitler organizó el Putsch de Múnich en noviembre de 1923, Chamberlain escribió un ensayo para el Völkischer Beobachter con la famosa expresión «¡Dios lo quiere!» pidiendo a todo disidente que se uniese al golpe.
Finalmente, Chamberlain se unió al Partido y contribuyó con su pluma a las publicaciones del Movimiento. El periodico principal, el Völkischer Beobachter, dedicó cinco columnas a elogiarlo en su 70 cumpleaños, describiendo algunos de sus escritos como el «evangelio del movimiento nacionalsocialista».
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Este 95 aniversario de muerte de uno de los predecesores del nacionalsocialismo pasara totalmente desapercibido. Quedará pendiente para los jóvenes nacionalsocialistas españoles, profundizar y difundir la imprescindible figura de Houston Stewart Chamberlain. Figura que desempeñó un papel importantísimo en los primeros apoyos y formación de las incipientes ideas revolucionarias.

Dejemos que sea el notable historiador Santos Bernardo quien cierre este breve homenaje:
“Chamberlain no sólo fue un erudito, o si se prefiere un intelectual, sino también un hombre de Partido. A él se deben algunas de las descripciones más laudatorias a la par que profundas escritas jamás acerca de Hitler, y ello en una época en la que éste no era sino un agitador político circunscrito a Baviera. (…) Cuando falleció, su féretro fue sacado a hombros de su hogar por hombres de la entonces semidesconocida SA, y conducido al coche fúnebre cubierto por la bandera de la cruz gamada”1
Que su ejemplo y recuerdo estén presentes.
Manu Beramendi
Nota: 1.- Santos Bernardo “La conquista de Berlín” Cuadernillo Europae nº29, pág. 26.