Teodoro Llorente, poeta de la Renaixença valenciana

Este 7 de enero se cumplen 186 años del nacimiento del poeta valenciano Teodoro Llorente Olivares (1836-1911), el poeta más importante y promotor de la Renaixença valenciana.

Poeta, traductor, escritor, periodista, historiador, cronista, político y abogado, Teodoro Llorente fue un hombre polifacético, que desempeñó un importante papel en la vida cultural valenciana de su tiempo, aunque desgraciadamente sea poco conocido fuera de Valencia. Nacido en Valencia el 7 de enero de 1836 en el seno de una familia de juristas, cursó estudios de Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia, fue bibliotecario de dicha universidad, e impulsó y presidió unos Juegos Florales en conmemoración del cuarto centenario de Ausiàs March, y ganó un premio con Victor Balaguer.

Llorente contrajo matrimonio con Dolores Falcó y Serrano en 1860, que le dio cuatro hijos.

Teodoro Llorente Olivares con su hijo y su nieto.

Dirigió los diarios “La Opinión” (1860), que adquirió en 1866 y denominó “Las Provincias”, del que fue director durante cuarenta años, y “El Panorama” (1868-1870). Y en 1880, Llorente fundó «La revista de Valencia».

Fue impulsor, socio, presidente y uno de los fundadores de la sociedad cultural y literaria “Lo Rat Penat” (en castellano “El murciélago”), Societat d’amadors de les glories de Valencia y son antich Realme, una sociedad cultural valenciana fundada en 1878 por iniciativa del poeta Constantí Llombart,​ como aglutinador de los «amadors de la llengua valenciana», históricamente dedicada a la promoción, defensa, enseñanza y difusión de la lengua y cultura valencianas. Desde los años 80 del pasado siglo XX, “Lo Rat Penat” es, junto a la Real Academia de Cultura Valenciana, una de las pocas entidades que defienden las Normas del Puig para codificar al valenciano, normativa diferente a la oficial, basada en las Normas de Castellón, de la Academia Valenciana de la Lengua, y tiene su sede en Valencia, en el palacio de la Baronesa de Alacuás.

Teodoro Llorente.

Como traductor,en 1860 dio a la luz noventa “Poesías selectas” de Victor Hugo, con un elogioso prólogo de Emilio Castelar; y tres años más tarde, en colaboración con su amigo Vicente W. Querol, la traducción en verso de “El corsario”, de Lord Byron (Valencia, “La Opinión”,1925).  Especial interés tiene su fiel traducción en prosa de las “Fábulas” de Jean de La Fontaine en 1885.

Aunque tradujo normalmente al castellano textos de Lord Byron, Goethe, Schiller, Heine, etc, dio también algunas versiones en catalán de poemas de A.V. Arnault, Victor Hugo, Sannazaro y Dante, que aparecieron en la prensa y que fueron incorporados a la edición de “Poesies valencianes” preparada por su hijo en1936. A su muerte dejó concluida otra antología de poetas franceses, nunca publicada y no localizada; se tienen, con todo, algunas noticias sobre su contenido, por lo que aparece como continuación temporal de la editada en 1906. De los distintos prólogos o advertencias puestos por Llorente a sus libros puede deducirse una concepción de la traducción, vinculada con una justificación de la labor del traductor, insistiendo en la conveniencia, y en la dificultad, de la traducción en verso, que practicó a lo largo de su carrera de traductor.

Durante la Restauración, fue diputado a Cortes y senador, y en el desempeño de sus cargos políticos, Llorente abogó por un “regionalismo prudente, dentro del españolismo entusiasta”, favoreciendo una mayor descentralización política y administrativa. Fue un fiel defensor del agrarismo y de la confesionalidad del Estado, dadas sus firmes creencias cristianas.

Rosita Rodrigo corona a Llorente en la Exposición Regional.
La misma coronación como portada de una publicación.

Llorente recreó las costumbres de las clases humildes (el llamado costumbrismo), pero también creó una poesía con un carácter más histórico y con un lenguaje más culto. Los versos más logrados se encuentran en poemas donde hace descripciones idealizadas de la belleza de los paisajes valencianos, es decir, un paisajismo sentimental.

Autor de “Valencia, sus monumentos y sus artes. Su naturaleza e historia” (1887-1889), lo más importante de su obra se halla en sus dos colecciones o recopilaciones de poesías en catalán: “Llibret de versos” (1884) y “Nou llibret de versos” (1902, con prólogo de Menéndez Pelayo). También cabe destacar de su obra ”Cartes de soldat” (1885), “Pro Patria” (1897), “Poesies traides” (1906), y los dos tomos de “Valencia” (1887-1889), obra de historia como cronista oficial de la ciudad de  Valencia que fue, además de “hijo predilecto de la ciudad” en 1909.

Teodoro Llorente.

Entre sus numerosas condecoraciones y títulos, resaltan la de ser Académico de San Carlos de Valencia, Presidente del Ateneo Literario de Valencia, Presidente de los Juegos Florales de Barcelona de 1810, Caballero de la Gran Cruz de Isabel la Católica, presidente honorario de “Lo Rat Penat”, Presidente honorario del Círculo valenciano de Buenos Aires y Presidente honorario de la Asociación de la Prensa Valenciana.

En lo referente a su poesía, sus grandes aciertos como poeta son «La barraca», poema descriptivo y retórico, que es, para Menéndez Pelayo, el «punto culminante y supremo de su arte lírico», y «Vora el barranc dels Algadins «, en la que es perceptible una síntesis del paisaje valenciano junto a la nostalgia. Y también, la «Cançoneta amorosa«, «La cançó dels teuladins», la amplia retórica de «València y Barcelona«, el «Cant darrer», etc. Llorente ejerció una influencia decisiva en el ambiente intelectual de la Valencia de la época, encaminándolo hacia las fórmulas del Romanticismo tradicional y cristiano, y constituye una de las figuras más importantes de la poesía catalana decimonónica.

Murió en Valencia el 2 de julio de 1911.

Grupo escultórico de bronce y piedra en la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia, dedicado a Teodoro LLorente.
Detalles de la escultura.
Detalle de la escultura.

Teodoro LLorente tiene dedicado un bello grupo escultórico de bronce y piedra en la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia, realizado en 1924 por el escultor valenciano Gabriel Borrás Abellá (1875-1943), y además la plaza donde se encuentra la casa donde falleció, y que lleva su nombre, junto al Palacio del Temple. Asimismo, y como muestra de la común identidad etno-cultural catalano-valenciana, existe un busto de Toedoro Llorente situado en el Parque de la Ciutadella de Barcelona, obra del escultor Eusebi Arnau.

Eduardo Núñez

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