Robert Ley, líder sindical del Frente del Trabajo

EL VERDADERO SOCIALISMO, DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA.

Este 15 de febrero se han cumplido 132 años del nacimiento de Robert Ley (1890-1945).

Robert Ley fue uno de los más importantes lideres NS, e incomprensiblemente también uno de los menos conocidos, seguramente por esa idea errónea de asociar al NS con otras facetas interesantes pero, mucho menos importantes desde un punto de vista ideológico. Vamos a explicar por qué a continuación.

Robert Ley nació en Niederbreidenbach, Nümbrecht, el 15 de febrero de 1890.

Hijo de padres humildes, tuvo sin embargo la posibilidad de estudiar en varias universidades. Fue militar, alcanzado el grado de Teniente, y piloto durante la Primera Guerra Mundial, siendo derribado en 1917 sobre Francia. Capturado, fue hecho prisionero de guerra durante dos años. Conjugando pensamiento y acción, llegó a Doctor en Filosofía, habiéndose formado como tal en las universidades alemanas de Bonn, Münster y Jena.

Robert Ley y su sucesor como Gauleiter Josef Grohé a finales de los años 20.

En 1925 se unió al NSDAP.  Fue nombrado gauleiter (gobernador político y jefe regional del Partido) en Renania del Sur, donde consiguió adeptos a la causa NS entre antiguos miembros de organizaciones socialistas y comunistas, especialmente desempleados. Siguió desempeñando su trabajo siguiendo las nuevas instrucciones del Partido que exigían aglutinar a los trabajadores activos.

Fue también más adelante Reichsleiter (líder del Reich), miembro del Reichstag desde 1932 hasta 1945, y Jefe de Organización del NSDAP desde noviembre de 1932 hasta mayo de 1945.

Cuando en 1933 se creó el Deutsche Arbeit Front (DAF), Robert Ley fue nombrado el máximo dirigente del nuevo sindicato –el Frente del Trabajo– cuyo objetivo era aumentar la productividad y mostrar el orgullo de la nueva Alemania, pasando a ser el Dr. Ley el principal líder sindical del III Reich y en el mundo, al ser participante y conferenciante en numerosos Congresos internacionales de organizaciones sindicales en aquellos años en los que pronunció varios discursos.

Deutsche Arbeit Front (DAF).

Entre las obras escritas por Robert Ley, podemos destacar: «Durchbruch zur sozialen Ehre» – «Avance al honor social» (1935); «Deutschland ist schöner geworden»  –  «Alemania se ha vuelto más bella» (1936); «Wir alle helfen dem Führer» – «Todos ayudamos al Führer» (1937); y  «Soldaten der Arbeit» – «Soldados del Trabajo» (1938).

Fue responsable también del proyecto conocido como la Kraft durch Freude (KdF). La comunidad NS “Fuerza por la Alegría” promovió viajes turísticos muy baratos, cruceros, y eventos deportivos y culturales para los trabajadores alemanes, así como también promovió pensiones para los trabajadores ancianos y otros tantos beneficios sociales en los que fue pionera la Alemania de Hitler.

Kraft durch Freude (KdF).
Crucero Robert Ley.

La KdF fue una organización que formaba parte del DAF, el sindicato unificado dependiente del Estado, y fue concebida como un medio para promocionar las virtudes del NS, y para garantizar el acceso de los obreros al arte y la cultura, y que además de ello, se convirtió en el tour operador más grande del mundo en los años 30 y 40, en unos años en los que en España, por ejemplo, muchos obreros jamás habían salido de su pueblo o de su ciudad, ni los del interior habían visto el mar en toda su vida ni viajado a ninguna parte.

Estas dos organizaciones, el DAF y la KdF, así como el Reichsarbeitsdienst, el Servicio del Trabajo obligatorio, institución que velaba por el empleo y que fue dirigida por Konstantin Hierl, otro líder muy poco conocido, llevaron a la práctica el socialismo del NS.

Adolf Hitler en conversación con Robert Ley, Ferdinand Porsche y Hermann Göring.

Pero hubo algunas organizaciones más que llevaron a la práctica el socialismo del NS, como por ejemplo, la “Werkschar”, que eran grupos formados por miembros del Partido que actuaban dentro de las empresas para vigilar por el cumplimiento de los principios fundamentales de la ideología NS en las empresas y llevar a cabo la reforma de la empresa que consistía en concebir a la empresa como una comunidad. En representación de la clase trabajadora tomaban parte en los consejos de Administración de las empresas, protegían los usos tradicionales en las fábricas y talleres, y asistían a las reuniones de las fábricas. También el Auxilio social, y Auxilio de invierno, concebido con un sentido comunitario. Esta organización se creó también en España por aquellos mismos años y con ese mismo nombre, auspiciada desde la Falange por Mercedes Sanz Bachiller, viuda de Onésimo Redondo. También podríamos añadir los Tribunales del honor en busca de la justicia social y en defensa de los derechos de los trabajadores.

La oficina central de la KdF, organización a la que pertenecían tofos los miembros del DAF, comprendía los servicios siguientes:

  • Oficina para la organización de las horas libres (después del trabajo)
  • Servicio de educación popular
  • Servicios de viajes, excursiones y vacaciones.
  • Servicio de deportes
  • Servicio de la estética en el trabajo
  • Servicio de cuadrillas de empresa
  • Hogares del Ejército.

Si Gottfried Feder había elaborado un magnífico Programa para el Partido, Robert Ley llevó de la teoría a la práctica la idea de un socialismo comunitario con la creación del Frente del Trabajo en 1933, es decir, nada más llegar el Partido al poder, convirtiéndose en la más numerosa organización NS, y la más potente organización obrera de todos los tiempos, contando con más de 20 millones de afiliados. Para hacernos una idea de lo que eso suponía antes de la guerra, en los años de paz de 1933 a 1939, las SS no tuvieron más de 20.000 miembros. Y, sin embargo, Robert Ley es uno de los lideres menos conocidos del III Reich.  La razón de esto es que para mucha gente, incluso para simpatizantes del NS, no han entendido ni asumido todavía que la esencia del NS es el socialismo, que para el NS, no es una teoría económica, es una forma de entender la vida en todo, y no solo en la economía, sino en todas las actividades, y no solo relativo a las actividades económicas sino en todas las demás, incluido el ocio. No lo es la Segunda Guerra Mundial ni sus batallas, ni los uniformes, ni la política exterior del Tercer Reich en aquellos años, ni las SS, que fue antes de la guerra siempre un tema minoritario. La esencia del NS fue y es el socialismo comunitario, es decir, una comunidad popular unida por el socialismo. Lamentablemente esto no lo ha asumido mucha gente, y ello explica que lideres NS como Robert Ley o Konstantin Hierl sean aún hoy muy poco conocidos incluso para muchos supuestos seguidores del NS.

La política social y económica NS aplicada durante el III Reich no siguió doctrina alguna, pues su único objeto era aumentar la productividad al servicio de la sociedad, teniendo como estrategia económica el que cualquier sistema económico que fuese adoptado, independientemente de su origen o de sus dogmas teóricos, era valorado de acuerdo a sus resultados en la práctica. De modo que, si bien puede decirse que la economía nacionalsocialista era una economía ecléctica, que tomaba de cada idea lo más provechoso para la sociedad, se podría definir como una política económica keynesiana y socialista en la que la esencia de la economía del Tercer Reich se resume en estos tres puntos básicos:

  • Abolición del interés del dinero.
  • Sustitución del patrón-oro por el patrón-trabajo.
  • El bien de la comunidad debe estar antes que el bien personal.

El éxito del socialismo llevado a la práctica por el Frente del Trabajo se basó en que fue un socialismo comunitario que respetó la iniciativa privada. Por el contrario, todos los ejemplos históricos de los socialismos que han fracasado han sido aquello que no han respetado la iniciativa privada, como ha sido el caso del comunismo en todas sus formas.

Robert Ley.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Robert Ley huyó hacia Berchtesgaden, pero fue capturado el 16 de mayo de 1945 y procesado en los juicios de Nuremberg. Cuando se enteró de que los aliados tenían la intención de juzgarlo (entiéndase lincharlo), prefirió suicidarse antes de ser juzgado.

Robert Ley se suicidó en la prisión de Nüremberg, el 25 de octubre de 1945.

Por todo lo dicho anteriormente es oportuno y necesario recordar a Robert Ley, porque él no se quedó en los escritos y en los discursos, donde es muy fácil ser socialista y revolucionario, sino que él dirigió la organización -el Frente del Trabajo – que hizo realidad el principio NS de que el bien de la comunidad está por encima del egoísmo individual. En eso consiste el verdadero socialismo.

Eduardo Núñez

Un comentario en “Robert Ley, líder sindical del Frente del Trabajo

  1. LIBRE INICIATIVA Y SOCIALISMO

    Prefiero la expresión de garantizar la Libre Iniciativa ., cuando se busca el bien de la Comunidad, antes que el anclaje perpetuo y pétreo en el concepto de Propiedad Privada Individual del Derecho Tomano y de algunos Derechos Liberales del s. XIX, concepto que suena a mineral, a tierra, a polvo cegador cuando rebasa el sentido común y la satisfacción de las necesidades propias y familiares.Ojo¡, Estoy a favor de esta última forma de propiedad también pero más bien de un modo instrumental, como diría Platón en la REPÚBLICA, para algunos ciudadanos respecto a su labor, función y legítimo deseo, pero ni para la virtud cívica en general ni para la Economía creo que sea siempre lo mejor, sí, para algunos por carácter, temperamento, desempeño y sensibilidad. Cuando estudié, arduamente, la Historia de las Instituciones europeas, hace años, pude comprobar como la sabiduría adaptativa del hombre europeo, SEGÚN LAS NECESIDADES Y SITUACIONES, estableció muchas formas de propiedad, a saber : Gremial, Municipal, de Realengo, Feudal, de Mayorazgo, en Mano común, Corporativa, .Solidaria, Germánica………etc. Y la economía no se hundía.
    Respecto a las doctrinas económicas no es recomendable el encastillarse, refugiarse en un castillo, y, encasillarse , no salir jamás de una casilla, en principios dogmáticos que por la naturaleza de las vivencias, necesidades y de los retos deben variar para tratar de superar los problemas que nos sorprenden con su versatilidad y contundencia.
    Es como si no se pudiese crear más Física que la que ya existe, o una matemática, en parte, inédita y diferente…, habríamos llegados al fin de los tiempos.

    Estos autores R.Ley o G. Feder tienen su interés, para ser analizados y conocidos, sin ambiciones filosóficas pero se deberían someter a una disección conceptual buscando tamb ién «un poderoso resultado analítico», y, me parece extraño , que a estas alturas, la intelectualidad académica europea omnipresente no los estudie. Esto es señal de la indigencia cultural colectiva en la que nos movemos. Recuerdo al profesor catalán, marxista y separatista, J. Fontana, ya fallecido, que sí que estudió, a su manera, pero con pretensión de objetividad neutral tantos textos y hechos del nacional-socialismo en relación con la Guerra en el Este, por ejemplo al mismísimo A. Rosenberg. .

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