Lo ‘políticamente correcto’: una imposición capitalista, no del progresismo

Actualmente ya no vale la pena insistir en demostrar la tremenda dictadura que se ha implementado en el mundo occidental (en la zona étnicamente blanca) sobre eso que llamamos lo ‘’políticamente correcto’, que en realidad no es solo ‘político’, sino una nueva ‘cosmología’ que incluye desde el arte a la moral, las costumbres, el mundialismo, la educación, en fin, todos los aspectos del mundo y la vida.

Para más detalles recomiendo leer dos libros que se han editado este año 2021 y que son más que suficientes para exponer hasta el último detalle de esta imposición masiva: “Los Demonios del Bien” de Alain de Benoist editado por EAS y “Contra la Demonización” de Jan Yves Le Gallou editado por Fides.

Allí están bien descritas las pruebas de esa dictadura, y de sus variedades, como imponen toda una forma de vida y de ver las cosas, la decadencia y la cobardía ante esa imposición, como todo el que se oponga en lo más mínimo será demonizado, convertido en un fascista o en un antisocial, un ‘enemigo del pueblo’, un peligro, un fomentador del odio, un delincuente, un ser despreciable y retrógrado.

En cambio, sí que creo interesante aclarar una opinión que está muy generalizada en los medios alternativos, especialmente los que escoran a la derecha, que son la mayoría. Y es que los culpables son las izquierdas y los progresistas.

Esa caterva de femi-locas, de okupas y drogatas, de intelectualoides izquierdistas, estudiantes que se llaman progresistas o antifascistas, los periodistas simpatizantes de Podemos o del Psoe, etc. son los que aparecen como la policía del pensamiento y los promotores de la nueva inmoralidad de obligada creencia.

Pero esa chusma solo es la policía del pensamiento llamado ‘correcto’, pero en absoluto los que la han impuesto.

De la misma forma que la policía o los jueces cuidan de que se cumplan unas leyes que hacen los Parlamentos, los progres y los jueces solo vigilan que se aplique el pensamiento único impuesto por el poder del dinero a través de los medios de masas, las multinacionales y los medios financieros.

Digámoslo claramente, si la gente solo tuviera de escuchar las salmónidas de las femi-locas y demás extravagantes del progresismo no hubieran impuesto nada de nada a nivel popular. No son las manifestaciones de unos cuantos, de extrema izquierda, estudiantes sin muchas ganas de trabajar o de exhibicionistas Gay y Trans los que cambian la mentalidad en las masas. Casi al revés, esas posiciones más bien crean resistencia a lo que pretenden imponer.

El verdadero origen de la tiranía está en que TODOS, absolutamente todos los medios de masas, diarios, TV’s, editoriales, cine, etc. con tiradas amplias que llegan a mucha gente, y que son propiedad de enormes grupos capitalistas o de administraciones dependientes de anuncios, todos ellos sin excepción apoyan de forma continua, machacona, agobiante, todos los principios y posturas del pensamiento ‘correcto’ que luego vigilan los progres.

Todas las multinacionales, las más grandes aún más, toda la banca, financia y apoya las mismas posturas. Si alguien se opone en algún punto, por poco que se oponga, será censurado, excluido y despedido.

Esta agobiante propaganda continua es la que realmente logra que las masas se impregnen de esa mentalidad, y crean que es lo correcto, porque ‘todos lo dicen’. Pocos se atreven a enfrentarse a la ‘opinión general’ aunque piensen lo contrario.

Ríase mientras pueda…

Un ejemplo es que una gran mayoría ni entiende ni les gustan los trastos y manchas del llamado arte actual, pero muy poco se atreven a decir públicamente que es un asco y una estafa. Pocos deseas que su hijo sea gay, pero… pocos creen que las drogas sean aceptables, pero dejan que sus hijos las tomen (moderadamente, dicen). Casi nadie se cree eso del ‘género’ y que no hay sexo definido, pero no se atreven a reírse de esas cosas. Pocos desean que su hija se case con un inmigrante, pero ninguno lo dirá abiertamente.

Y cuando alguno rompe el silencio de los borregos, es entonces cuando los progres intervienen denunciándolo, acosándolo como ‘fomentador de odio’, como fascista o reaccionario.

Esta nueva inmoralidad es tan anti natural que solo se mantiene como ‘obligada’ gracias a esa campaña constante y mundial, financiada y dirigida por el capitalismo, y tan orientada por los poderes sionistas, pues si esa presión y propaganda total cesase, la nueva generación retornaría a los planteamientos iniciales. Solo la continua deformación impuesta es la que mantiene esta farsa. En cuanto se la pudiera criticar en público de forma masiva, todo el castillo de naipes del pensamiento único caería. Los progres no podrían mantener su dominio sin el apoyo financiero y mediático de las grandes compañías y del poder del dinero.

Por eso creo que es un error dedicarse a combatir y considerar como enemigo esencial a las femi-locas, okupas, progres, exhibicionistas gays y demás antifascistas, esos no son el enemigo esencial, sino sus perros de presa, muchos en claro estado de demencia psicológica. Nuestro enemigo esencial es el poder financiero, y su dominio en los medios de masas.

De ahí que posiciones reaccionarias como las de VOX (y muchos alternativos de tendencias derechistas), que apoya el capitalismo, pero se centra en combatir los excesos progresistas, solo hacen que llevar a la alternativa a la derecha y equivocar el camino de lucha.

Ramón Bau

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