Fernando Vadillo, un crack…

El 4 de octubre 2019 se estrenó la película dirigida por José Luís Garci “El crakc cero”. Se anunciaba como precuela de la cinta “El crack” de 19811 que tuvo a Alfredo Landa como protagonista2. Tuve un destello y me dispuse a ver la primera cinta, de la cual a 41 años vista tenía un recuerdo vago pero positivo. Cuál fue mi sorpresa, pues no lo recodaba, cuando oí el diálogo:

Germán Areta (Alfredo Landa) le decía al barbero: “Déjate de literatura, que para eso ya tenemos a Vadillo en As”. Vadillo es Fernando Vadillo.

La vida de Fernando Vadillo daría para más de una película. Intentar explicar a los lectores de esta página quien fue sería pretencioso3. Vadillo y la cronología de la gesta de la División Azul son inseparables. Mencionar por ejemplo la edición 1967 de Orillas del Voljov como la primera obra suya que cayó en mis manos.

Alfredo Landa en El Crack.

Pero Fernando Vadillo fue mucho, mucho más. Sirva como muestra su entrada en la web de la Real Academia de la Historia4: Pintor y escritor. Su faceta como pintor parece incidental pero el resumen puede ser:

“Se presentó en exposición colectiva a la inauguración de la Sala Olaguibel (Vitoria) en 1944, Certamen Alavés (1946). Perteneció a la Peña de Pintores del Casino Artista Vitoriano asistiendo a la primera exposición en junio 1945. Simultáneamente pintaba y escribía, colaborando en la prensa regional Pensamiento Alavés de Vitoria, La Voz de España de S. Sebastián y Vida Vasca. Se trasladó a Madrid (1949) donde ejerció el periodismo con dibujos y literatura en los diarios: Arriba, Marca, As, Primer Plano y Triunfo; retrató a deportistas como Cassius Clay, Zarra, Butragueño; músicos como Rodrigo y Guridi; literatos como Poncela, Buero Vallejo y Pio Baroja entre otros; fomentó la amistad con Ignacio Aldecoa, Manolo Alcántara y Matías Prats. En 1954 ofreció en Madrid, una muestra de óleos, acuarelas, retratos a lápiz en la Sala Alfonso Vinches, más reciente en Sala Luis de Ajuria de Vitoria (1978 y 1989), Sala Caja Provincial Álava (abril 1989) y en Sala C.Madrid en calle Eloy González (1990). Publicó libros, recibiendo un premio internacional del Consejo Mundial de Boxeo (1986) como mejor periodista de habla hispana. En 1989 disertaba una conferencia sobre pintores alaveses en la Sala Dendaraba de Vitoria.”

Dibujo de Fernando Vadillo.
Sara Montiel, dibujo de Fernando Vadillo.

Pero volvamos a “El crack”. En una entrevista con motivo del 50 Aniversario del diario deportivo As y en su libro “Campo del gas” José Luís Garci confirma que la frase del protagonista fue su homenaje a Fernando Vadillo.

Portada diario As del 6 de diciembre de 1967.

Recuerda su fichaje del diario Marca al diario As, “casi tanto como el de un futbolista. As iba a iniciar su aventura con garantías. Fernando Vadillo un fino estilista. El contraataque de Marca, fue firmar a Manolo Alcántara. ¡Y los dos se convirtieron en el dúo dinámico, recorriendo medio mundo! A USA, a Tailandia para el Perico-Muangsurin, a Japón con el Durán-Wajima… Te obligaban a comprar los dos periódicos.”

Encontremos a Vadillo en esa trinchera. Por cierto, como boxeador en el peso ligero realizó veinte combates, ganándolos todos menos uno.

Podríamos comenzar por la portada del diario As de fecha 6 diciembre 1967, con la foto del combate que iba a cubrir Vadillo en Viena, media página de Sombrita5 contra Orsolics, y abajo, más reducido, el triunfo de Manolo Santana en el Torneo de Sudáfrica (Johannesburgo). Crónica de Sombrita, que Vadillo escribe en forma de carta a su admirado Ignacio Ara, para Fernando el mejor púgil que conoció6.

Aquí podríamos extendernos todo lo que el lector nos permita, pero en otro amago vamos a otro de sus libros, una novela, “Doce cuerdas” que se publicó originalmente en 19607 (algunos afirman que en 1949) y es la única obra de ficción de Vadillo sobre boxeo (también firmó el ensayo “Boxeo y mafia” y la biografía “El coloso de dos continentes” sobre su amigo y camarada Paulino Uzcudun).

“Doce cuerdas” Ediciones Marte (1972) fundada por Tomás Salvador.

La novela se inicia y desarrolla en el Madrid de la posguerra. Es en este escenario donde el entrenador y mánager Martínez descubre a Ernesto “Kid” García, un prometedor peso welter al que acoge bajo su protección.

Y termina, su conducta canalla y la relajación en su entrenamiento le pasarán factura a la hora de defender su título ante “Young” Frutos, un joven ansioso por jubilar al viejo “Kid” Garcia, en un último y emocionante combate.

Hasta aquí el esbozo del argumento, pero quizá lo más interesante de “Doce cuerdas” sea la capacidad de Vadillo para sumergirnos en el contexto de la posguerra española, en la lucha de los habitantes de la capital por salir adelante —representada por la picaresca de los diferentes y riquísimos personajes secundarios de la novela, cada uno con su trágica historia y sus modestos recursos— y en el ambiente gris y corrupto del mundo del boxeo, como también de la sociedad que rodea al pugilismo.

Lectores, busquen esta obra de Fernando Vadillo, creo que también verán en los personajes, principales y secundarios, como el autor continúa la historia de aquellos españoles que volvieron del Voljov, descritos, dibujados por un camarada.

Fernando Vadillo.

Su necrológica fue: “El que fuera también prolífico escritor fue incinerado ayer en el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid. As acompaña en el dolor a su viuda (Aurora Fernández), su hija (María) y al resto de familiares. Descanse en paz.”

Y quiero creer, creo sin duda, que alguna de esas cenizas volaron para acompañar a los guripas que descansan en aquellas lejanas tierras.

Alf Birneit

NOTAS:

(1) “El crack” (1981) fue dirigida por José Luis Garci Muñoz (Madrid 1944). Se desarrolla en diferentes escenarios de Madrid y Nueva York. Narra la historia de Germán Areta detective privado que investiga la desaparición de una menor. Retrata en algunas escenas a la Gran Vía madrileña de los años setenta y ochenta y la compara con la Gran Manzana. El éxito de la película llevó a Garci a rodar una segunda parte: El crack II. El título simboliza el momento político y social que vivía España por aquel entonces, según Garci y Horacio Valcárcel guionistas.

La película que produjo y dirigió Garci “Volver a empezar” fue premiada con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1982.

(2) Alfredo Landa nacido en Pamplona el 3 marzo 1933, hijo de un guardia civil, fue actor de teatro y de doblaje antes de pasar al cine, tuvo una brillante carrera profesional durante 50 años, 1957-2007, falleció en Madrid el 9 mayo 2013.

(3) Fernando Vadillo Ortiz de Guzmán, nacido en Armentia (Álava) el 23.07.1923,  siendo todavía adolescente se alistó como voluntario en la División Azul. Es conocido, recordado y valorado por su faceta de cronista de la División Azul. Sus múltiples libros sobre la gran epopeya divisionaria son una referencia básica para conocer la historia de aquellos soldados españoles que combatieron en la URSS. Títulos como Orillas del Voljov (1967); Arrabales de Leningrado (1971); Balada final de la D.A. (1984); Los irreductibles (1993); Los prisioneros (1996); y Muñoz Grandes. El General de la D.A. (1999) han sido reconocidos como testimonios históricos de primera mano y han servido de base a muchos estudios académicos sobre la D.A. Falleció en Madrid el 31.07.2001.  

(4) http://dbe.rah.es/biografias/68009/fernando-vadillo-ortiz-de-guzman

(5) “(EFE 20 ENE 1993) El ex campeón de España del peso ligero, peso superligero y peso wélter Juan Albornoz Hernández, Sombrita, falleció el día 18 en el hospital de la Candelaria, en la capital tinerfeña, donde se encontraba ingresado desde hace días. Sombrita, que nació en Sta. Cruz de Tenerife el 27 enero 1932, llevaba seis meses en cama y su estado neurológico era prácticamente semivegetativo. La enfermedad que padecía, que, según fuentes médicas, podría haberle sobrevenido como consecuencia de los golpes recibidos en su carrera pugilística, le originó deterioros en el cerebro y en el sistema muscular. Su ingreso en el hospital de la Candelaria se produjo como consecuencia de una complicación de sus síntomas iniciales, al parecer una neumonía aspirativa”.

(6) Ignacio Ara (1909-1977): Nació aragonés, creció francés y murió con la nostalgia porteña. El jacetano está enterrado en el popular cementerio de La Chacarita, junto a Carlos Gardel y otras leyendas del boxeo argentino como Luis Angel Firpo y Oscar “Ringo” Bonavena, el púgil asesinado por la mafia por no aceptar la abyecta orden de tirarse en el quinto round de su último combate. Un clásico del lado oscuro del boxeo.

Realmente fue un púgil de carácter: “Ahora tengo 26 y en estos nueve años he celebrado 133 combates. He ganado 126, he empatado dos y he perdido tres por descalificación por golpe bajo y cuatro por puntos. De ellos, dos precisamente con Marcel Thil, con quien en la fecha memorable del sábado 1 de junio de 1935 voy a disputar el título mundial. Pero de esos dos, uno, por lo menos, lo gané yo bien claramente. Y la prueba es que a pesar de ser el público francés, como Thil, protestó ruidosamente la decisión. El otro, de haberse celebrado fuera de Francia, hubiera sido una victoria para mí, o, por lo menos, un match nulo”.

“No llegué, como me exigía mi hombría a campeón del mundo del peso medio. Una vez porque me robaron; otras, porque me vencieron”.

(7) Doce cuerdas fue editado en 1960, por la editorial Servicio Comercial del Libro.

Un comentario en “Fernando Vadillo, un crack…

  1. Versión completa. LA NECESARIA MENCIÓN AL GENETISTA SOVIÉTICO LYSENKO

    DIFERENTES VISIONES DE LAS RAZAS

    Existen en la cultura social de los últimos 4000 años menciones, reconocimientos y valoraciones a las diferentes razas que protagonizan la vida social de los pueblos. En el Rig-veda en sanscrito, en Hesiodo, en Platón, en San Isidoro no se ignoran las razas como tampoco en Averroes,…simplemente para señalar un comienzo de una autoconciencia y de una realidad dada que puede, en ocasiones, influir en los fenómenos culturales.
    Pero las primeras visiones sociales de las razas tienen un componente literario, mitológico, de explicación utilitaria de situaciones históricas de hecho. jNi que decir que las concepciones de las razas han ido variando con el paso de las páginas de la cultura intelectual, siglo tras siglo , no son iguales en Santo Tomás, que en D. Hume o en Voltaire.
    La visión de las razas , en autores cuasi liberales aristocratizantes como el conde de Boulainvilliers en el s.XVIII ,que enraizaba la aristocracia francesa con los antiguos pueblos germanos, distinguiéndola de las estirpes galas; posteriormente Taine, Renan o Disraeli , más bien liberales, más o menos supremacistas, sopesaron el factor de las razas en el desarrollo de la Historia.
    Existieron visiones románticas como la de Göerres o la de Fr. Schlegel, más acomodaticias y flexibles, otras , por el contrario, culturalistas de las construcciones sociales y ético-cívicas muy extremas como la visión Gobineau, o, presuntamente científicas, como la del neo-darwinista Haeckel –
    Podríamos mencionar como en la Rusia de J. Stalin surgió una especie autóctona de» racismo soviético», me refiero al genetista botánico Lysenko , que contribuyó desde su especial lamarckismo donde los genes se veían devaluados en función del ambiente del medio agrícola por adaptaciones asumidas , esto implicaría la generación, en el orden social, de «un nuevo hombre soviético» debido al influjo de la supuesta nueva sociedad socialista benefactora de la naturaleza humana transformada. El genetista, Ni. Vavilov, adversario de estas tesis y algo más favorable a los factores ingénitos de la herencia sufrió represión y murió en la cárcel estalinista en 1943.
    Frente al nacionalismo cerrado una equilibrada y moderada valoración de las razas abre el mundo mental y espiritual a otros pueblos de la misma estirpe potenciando una hermandad especial por encima de las fronteras. Es una buena terapia para vencer la hipertrofia nacionalista. Una valoración humanista y solidaria evita que unos pueblos invadan a otros con el pretexto de la ciega solidaridad irracional que reduce a cenizas a comunidades humildes, pobres y desamparadas en las diferentes patrias donde viven enraizadas desde hace muchos siglos, sean estas del continente que sean.
    El Derecho Natural debe tener formulaciones de orden a la hora de establecer la admisibilidad y los límites razonables en los desplazamientos humanos entre continentes. La solidaridad genuina en el Derecho Internacional, comienza por el establecimiento necesario de la capacidad de mejora y enriquecimiento de todos los pueblos sin excluir el desarrollo necesario de todas las naciones en sus propios territorios , para que el desplazamiento migratorio nunca sea coactivo, empujado por la necesidad, y, por el contrario, siempre sea libre y honesto en sus fines ; para que no se violen los Derechos Humanos de ningún pueblo, ni de ningún ciudadano, estableciéndose el principio del crecimiento económico con dignidad y eficacia, en todos los rincones del mundo sin excluir a nadie.

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