No soy en absoluto un conocedor, mediano siquiera, de Heidegger, así que no trato aquí de penetrar en sus propuestas, sino solo me voy a referir a una serie de temas que se exponen en el Nihil Obstat nº36/37 en el texto «El dasein como ser-con-los-otros» por José Alsina Calvés.
Como todo texto de Alsina, es muy profundo e instructivo, y en este texto aborda su visión de la Idea de Comunidad y de Pueblo en Heidegger.
No voy a discutir si lo que expone es o no acorde totalmente a Heidegger, no estoy capacitado para ello, asumo que es así, pero sí que es preciso comentar la relación de este tema con el Nacionalsocialismo, dado que lo que si existe en el texto es una mala comprensión del Nacionalsocialismo, un error en sus propuestas e ideas, y de eso si puedo hablar con propiedad.
Es una gran propuesta relacionar el Desein, ese ‘ser en el mundo’ con ‘ser con los otros’, que conforman ese ‘mundo’. ‘Lo mismo’ no es solo del Yo, del individualismo, sino que se extiende a ‘nosotros mismos’. Y por tanto entrar en el análisis de quien somos ‘nosotros mismos’.

Es evidente que solo puede ser el concepto de Pueblo, pero eso lleva a definir que es el ‘Pueblo que somos nosotros mismos’.
Alsina expone en Heidegger una visión en tres estratos del ‘Pueblo de nosotros mismos’, propuesta que se asemeja (sin ser la misma) a la visión del hombre en Evola, que siempre trató de minusvalorar la genética frente a un hipotético ‘espíritu’ libre de ataduras materiales (lo cual es curioso pues un gramo de cocaína o un corte o coágulo en el cerebro hace que ese espíritu ‘libre’ cambie totalmente).
Pueblo como cuerpo: o sea la población, que se puede entender como la base étnica, y a la vez de esa raza, la buena casta, la raíz sana y fuerte de esa población.
Pueblo como alma correspondería a las tradiciones, forma de vida, los sentimientos de ese pueblo.
Pueblo como espíritu, es la decisión libre de ser fieles a sí mismos en el devenir. No es cualquier historia sino la que es propia de ese pueblo, lo que queda del pasado en el devenir del pueblo.
Hay pues un patriotismo comunitario, en su identidad, en la historia.
Donde hay una interpretación incompleta e incorrecta de Alsina es al decir que para el Nacionalsocialismo el Pueblo es solo la Raza física (“el Pueblo se reduce a la Raza”). Eso es desconocer la cosmología e ideología NS, como yo desconozco a fondo la filosofía de Heidegger.
Es evidente que un Pueblo no es una ‘raza pura’ (ya no hay razas puras), y no está solo determinado por la Raza, puesto que en cualquier pueblo europeo hay grupos étnicos de otros pueblos europeos sin problema alguno. Lo que si conforma una base importante es una cierta homogeneidad étnica, mayoritaria y que ha sabido asimilar a otros grupos.

Pero lo más importante es que ese estrato de tradiciones, cultura, arte, lengua, forma de vida, ese Pueblo ‘alma’ está influido claramente (no total ni inevitablemente pero si muy influenciado) por la base racial. Eso es de una evidencia total viendo la realidad.
En países con grupos étnicos muy diferentes ese ‘alma’ es distinta en cada grupo.
Así mismo basta pensar en una España con un 50% de africanos, para entender que no habría ‘un Pueblo’ de una sola ‘alma’.
Y donde un grupo étnico es absolutamente mayoritario, impone su ‘alma’ como ‘estándar’ pero no es sentida como propia por las minorías. Los negros americanos nunca han sentido el ‘alma’ del pueblo blanco como propia. Ni los criollos de Bolivia han aceptado el alma quechua como ‘propia’.
Como digo no hay una influencia absoluta de la base étnica, que puede ser deformada por presiones muy fuertes educacionales e impositivas, aunque en cuanto cesan esas presiones, retorna el ‘alma’ original.
En cuanto a la ‘Historia’, eso que queda del pasado en el presente, una vez más tiene influencias de la base étnica que generó esa historia. Los foráneos que han venido ahora a España y se nacionalizan, difícilmente asumen, ni asumirán, la historia del ‘Pueblo’ original, ni la reconquista, ni la Hispanidad, ni casi nada de ese sustrato que el texto llama ‘Pueblo espiritual’.

Pero hay otro ejemplo en el texto que demuestra que no solo hay una falta de conocimiento del NS, sino que además hay un claro intento de que no se les llame ’nazis’ o ‘fascistas’, o sea una táctica para evitar la evidencia de la similitud de posiciones con el ‘fascismo’.
Llamar Modernidad a dar importancia a la Raza, ¡¡pero eso es lo más antimoderno que existe!!, la idea de comunidad étnica es de lo más antiguo y tradicional en los pueblos. Desde las primeras civilizaciones siempre se ha dado importancia a la ciudadanía por motivos étnicos, mucho más que ahora. Lo que es ‘nuevo’ es ignorar las etnias, la globalización o creer que solo la economía es importante.
Acusar de Modernidad al fascismo es como acusar de Tradicional al Capitalismo progresista actual. Son lo contrario.
Los fascismos son una Oposición a la mentalidad liberal nacida en 1793, al racionalismo y a la decadencia progresista. Y si se le llamase ‘moderno’ por haber nacido en el siglo XX, podríamos recordar que esa supuesta ‘cuarta teoría’ aun es más moderna al haber nacido en el siglo XXI.
También el desconocimiento se nota al hablar del NS como una forma de supremacismo, algo que es anti NS, una herejía o error idiota, pues el NS es anti igualitario, o sea difrencialista, no supremacista.

Es el mismo error que cuando se pretende demostrar que un intelectual es o no ‘nacionalsocialista’. No se trata de si era miembro del NSDAP o si tuvo o no problemas con el Reich. Eso es mera politiquería del momento histórico, la base es entender si sus orientaciones cuadran (no es que sean iguales, sino que tienen bases esenciales comunes) con la Cosmología (no la politiquería) ‘fascista’.
En una palabra, nada opone a Heidegger de la Cosmología Nacionalsocialista, y mucho lo opone a la democracia, el capitalismo, el progresismo y el marxismo.
Ramón Bau
DIFERENTES VISIONES DE LAS RAZAS
Existen en la cultura social de los últimos 4000 años menciones, reconocimientos y valoraciones a las diferentes razas que protagonizan la vida social de los pueblos. En el Rig-veda en sanscrito, en Hesiodo, en Platón, en San Isidoro no se ignoran las razas como tampoco en Averroes,…simplemente para señalar un comienzo de una autoconciencia y de una realidad dada que puede, en ocasiones, influir en los fenómenos culturales.
Pero las primeras visiones sociales de las razas tienen un componente literario, mitológico, de explicación utilitaria de situaciones históricas de hecho. jNi que decir que las concepciones de las razas han ido variando con el paso de las páginas de la cultura intelectual, siglo tras siglo , no son iguales en Santo Tomás, que en D. Hume o en Voltaire.
La visión de las razas , en autores cuasi liberales aristocratizantes como el conde de Boulainvilliers en el s.XVIII ,que enraizaba la aristocracia francesa con los antiguos pueblos germanos, distinguiéndola de las estirpes galas; posteriormente Taine, Renan o Disraeli , más bien liberales, más o menos supremacistas, sopesaron el factor de las razas en el desarrollo de la Historia.
Existieron visiones románticas como la de Göerres o la de Fr. Schlegel, más acomodaticias y flexibles, otras , por el contrario, culturalistas de las construcciones sociales y ético-cívicas muy extremas como la visión Gobineau, o, presuntamente científicas, como la de el neo-darwinista Haeckel –
Frente al nacionalismo cerrado una equilibrada y moderada valoración de las razas abre el mundo mental y espiritual a otros pueblos de la misma estirpe potenciando una hermandad especial por encima de las fronteras. Es una buena terapia para vencer la hipertrofia nacionalista. Una valoración humanista y solidaria evita que unos pueblos invadan a otros con el pretexto de la ciega solidaridad irracional que reduce a cenizas a comunidades humildes, pobres y desamparadas en las diferentes patrias donde viven enraizadas desde hace muchos siglos, sean estas del continente que sean.
El Derecho Natural debe tener formulaciones de orden a la hora de establecer la admisibilidad y los límites razonables en los desplazamientos humanos entre continentes. La solidaridad genuina en el Derecho Internacional, comienza por el establecimiento necesario de la capacidad de mejora y enriquecimiento de todos los pueblos sin excluir el desarrollo necesario de todas las naciones en sus propios territorios , para que el desplazamiento migratorio nunca sea coactivo, empujado por la necesidad, y, por el contrario, siempre sea libre y honesto en sus fines ; para que no se violen los Derechos Humanos de ningún pueblo, ni de ningún ciudadano, estableciéndose el principio del crecimiento económico con dignidad y eficacia, en todos los rincones del mundo sin excluir a nadie.
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LA ESCUELA CRÍTICA HORKHEIMER, ADORNO. MARUCUSE,.. ROMPER EL MURO DE HORMIGÓN .
La estética de Adorno buscaba liberar supuestamente al Arte del academicismo ya que era la creatividad artística
«desde casa» la instancia en la que los nuevos parámetros de la libertad bullían frente a lo impuesto de forma permanente por el poder . Horkheimer en su «Dialéctica de la Ilustración» plantea algunos razonamientos a tener especialmente en cuenta ya que el diseño instrumental de la vida social de los ilustrados podría conllevar opresiones nuevas, y esto, en parte, puede ser cierto, opresiones más o menos secretas que falseaban las iniciativas individuales ; la libertad ilustrada provocaba heridas inesperadas. Marcuse en su obra «Razón y Revolución» rebate a Hegel considerando que el dogma del predominio de la totalidad frente al individuo no siempre es la expresión de los intereses sociales. Marcuse conocía bien la Filosofía del Derecho de Hegel, y plantea algunas objeciones interesantes. Es conveniente que haya herterodoxias y herejías estimulan el debate y el intelecto. ¿ Qué sería de mi sin mis enemigos? , simplemente seria un don Nadie.
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