El proceso Heard y Depp: ¿víctima y verdugo?

El proceso que desde hace un par de meses involucra a los dos actores Johnny Depp y Amber Heard es ahora el protagonista absoluto de cierto tipo de medios rosas y redes sociales donde los mensajes de odio han llenado la sección de comentarios. Se ha convertido en uno de los juicios más sonados de Hollywood, el que más ha sacudido a la opinión pública, también gracias a la facilidad de difusión a través de Internet.

Las historias personales de los dos actores pueden ser, o no, de interés pero, lo diferente de esta causa es que el apoyo de la gran mayoría de usuarios y personalidades destacadas del celuloide va hacia el actor estadounidense, a pesar de la narrativa feminista que, quiere mostrar un hombre sádico y usurpador de los derechos de la mujer. Sorprende, teniendo en cuenta la retórica antipatriarcal que ronda omnipresente en las redes sociales. Por primera vez, a los ojos de los medios, el hombre no es el culpable.

Por supuesto, no estamos hablando de cualquier hombre. Sería inútil enumerar los éxitos y la fama de Johnny Depp, uno de los actores más famosos y apreciados por el público; pues sería inútil precisar que en la multitud de personas a su favor muchos de ellos son sus fieles seguidores desde hace años, perteneciendo entre otras cosas a distintas generaciones. Pero sus compañeros de plató (Paul McCartney y Penélope Cruz, por citar a los más famosos) también se han expresado al respecto, y sabemos bien la picota pública de quienes se atreven a hacer el «papel equivocado». Pero procedamos en orden.

Todo comenzó en diciembre de 2018, cuando Amber Heard interviene en el Washington Post para (adivinen qué) denunciar la violencia sexual contra las mujeres, en particular acusando a Hollywood de encubrir a los dispensadores del patriarcado e ignorar su violencia contra el sexo débil. No es que fuera el primer lanzamiento de Heard sobre el tema, todo lo contrario. Heard siempre se ha destacado como una de las más feroces campeonas en el tema, sobre todo cuando, allá por 2016, anunció por primera vez que había sufrido violencia doméstica por parte de Depp; participando también en congresos internacionales contra la violencia contra la mujer. En realidad, el nombre de Depp nunca aparecía en el Washington Post, pero en ese momento fue suficiente porque el hashtag #fuckjohnnydepp escaló las listas de Twitter. El sistema siempre usa estas herramientas para realizar su cerco.

El artículo de Heard entra en vigor y Depp pronto lo pierde todo. Sufre el distanciamiento de amigos y algunos familiares, el título de un loco violento golpeador de esposas y la caída de una sombra sobre toda su carrera, tanto que es expulsado de varios cines incluido Disney, con el que estuvo filmando durante años en Piratas del Caribe. 

Su reputación está irremediablemente comprometida y, tal como iban las cosas en ese momento, irrecuperable. Como lo es la práctica, o al menos la feminista, que prevé dar de comer al opositor a las masas enfurecidas y sedientas de justicia.

La respuesta del actor llega unos meses después, en marzo de 2019, con una demanda por difamación de 50 millones de dólares contra su exesposa, acusándola de daños a su reputación y carrera. En agosto de 2020, Heard corresponde con otra demanda de la misma naturaleza, sin embargo, por valor de 100 millones de dólares. Ahora es ella quien asegura que su exmarido se vengó a través de las redes sociales corrompiendo su imagen como actriz y arruinando definitivamente su carrera. Entre las acusaciones, la de que Depp la ha persuadido para que no le dé contratos de patrocinio y por haber manipulado estudios para que no le dieran partes. 3 meses después, Depp pierde el caso, y su imagen de violento se fortalece, también porque la sentencia da crédito a la versión de Heard que lo ve como un maníaco sexista.

El asunto probablemente habría terminado de esta manera si Heard no hubiera pedido al Tribunal de Fairfax que desestimara el caso de Depp el año pasado. Sin embargo, inesperadamente, un tribunal de Virginia declara que los dos casos son diferentes y que las declaraciones no coinciden, por lo que el juicio continúa.

Las audiencias judiciales se han reanudado desde marzo de este año y, sorprendentemente, el destino parece cambiar a favor de Depp. Este es claramente un proceso creado específicamente para las redes sociales. Los carretes de las declaraciones más pesadas son visibles en todas partes, el hashtag #justiceforjohnnydepp ahora reina en tendencias y tira realmente mal para Heard, no solo en cuanto a reputación sino también en los tribunales, con una defensa bochornosa y nada creíble y con pruebas muy débiles si no inexistentes. Al contrario, Depp, audio y testigos en mano, parece que ya ganó. 

Los dos actores en el escenario del juicio saben muy bien que cada uno de sus movimientos será retomado y que tendrá miles y miles de interpretaciones, y se acusan mutuamente con numerosas bromas y gestos dirigidos por los mismos abogados. La pregunta y la respuesta es un enfrentamiento continuo con tesis puramente personales y que muchas veces y de buena gana nada tienen que ver con la prueba presentada ante el juez.

Se trata sin duda del concurso habitual de «Soy más discriminado que tú», con diagnósticos de diversos trastornos psicológicos, traumas infantiles, problemas familiares, etc. Y el público local será el único juez real para determinar culpable e inocente. Lo que no se esperaba, sin embargo, era tal inversión de los roles de los dos, donde por una vez el hombre no es el agresor y aprovechador por excelencia. Una retórica que, al menos para este caso, ya no se sostiene, sobre todo después de todo el compromiso de Heard con la causa feminista.

Lo más probable es que si en lugar de Depp hubiera habido otro hombre cuestionado por una mujer por violencia, las cosas habrían sido muy diferentes. Depp no ​​es cualquiera y ciertamente no es en él en quien pensamos para encontrar un ejemplo en el que reconocernos. No es ajeno al abuso de alcohol y drogas, se mueve en el pensamiento único y, pertenece al mundo políticamente correcto y decadente que es Hollywood made in USA. Pero este proceso también puede mostrar un cambio a nivel mediático en la reacción ante la violencia entre ambos sexos, excluyendo un alineamiento a priori en función del género de los implicados en el caso. Y la inconsistencia de Heard, en el mejor de los casos, ha creado una primera grieta en la narrativa feminista que otras voces disconformes, con el tiempo, pueden ayudar a derribar por completo.

El Oso Blindado

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