Los derechos del hombre: la trampa del califa

El Día de la Constitución o de el de los ‘Derechos del Hombre’ deberían pasarse por todos medios de masas la canción de La Trinca, titulada “Califa”.

Es que no hay cosa más hipócrita y tramposa que esos documentos democráticos con ansias de fomentar la libertad y propuestas de Jauja. Ni conducen a Jauja ni llevan a la libertad.

El caso más jocoso es el de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, votada en 1948 en la ONU, y que se trata de imponer como de obligada sumisión.

Uno ya debería sospechar la trampa cuando la votó Stalin en la ONU en 1948. El documento es la instauración ideológica de la democracia de partidos, destinada a imponer los derechos individuales como único objetivo.

Son ‘inalienables’, o sea irrenunciable, ni con votos ni con deseo, nada, son impuestos sin condiciones ni Deberes asociados a esos Derechos.

El pueblo debe expresarse por “voto secreto, igualitario y libre” dice el artículo 23, libre individualmente, o sea no ir atado a votar, no dice nada de la propaganda electoral, el poder del dinero, que los partidos luego cumplan lo que dicen… y teniendo en cuenta que los países comunistas de la época de Stalin lo firmaron, uno se sorprende de todo esto.

El artículo 26 dice que los padres tienen prioridad en “escoger el tipo de educación a dar a sus hijos”, lo que de risa cuando se obliga a todo tipo de educación progresista, incluyendo cursos de Holocausto o enseñanza de homosexualismo y todo tipo de extravagancias sexistas.

Pero como en la canción del Califa, es que hay trampa. Está el ‘artículo 29’, donde como en la canción, el Califa se pasa por la entrepierna todo lo anterior.

“En el ejercicio de estos derechos y el disfrute de estas libertades, cada cual solo está sometido a las limitaciones establecidas por la ley… a fin de satisfacer las justas exigencias de la moral, el orden público y el bien general dentro de una sociedad democrática.”

Claro, ahora se entiendo que hasta Stalin aprobara la libertad absoluta de expresión que el artículo 19 “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión… “

Basta que la ‘ley’ limite lo que quiera el gobernante con la excusa de que esa opinión es contraria a la moral o a la sociedad democrática. En fin, que esos Derechos imponen la dictadura de la democracia, que se entiende como lo que las leyes digan, lo cual es exactamente lo mismo que decir que lo que el poder imponga.

Por eso los revisionistas no tienen Derechos Humanos, nunca serán juzgados los crímenes contra esos derechos de USA, Israel, Rusia, China o cualquier otro centro de poder, y discriminar es malo excepto cuando sea ‘discriminación positiva’, o sea las que la ‘ley’ diga que valen como buenas.

Toda una camama de lo más divertido, como todos esos ‘derechos’ de la Constitución sobre vivienda digna, trabajo seguro y jaujas prometidas.

Solo una sociedad aborregada y estupidizada hasta el extremo no se da cuenta de la trampa y sigue con la cantinela de los Derechos del Hombre, que se reducen a ‘cumplir la Ley’ del que manda.

Puede leerse más datos en el librito ‘Derechos Humanos y Nacionalsocialismo’ de Vicent Reynouard: www.boutique-sc.com

Ramón Bau

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