Eso de que no hay sexo sino género y es solo un tema social, sin base biológica, y por ello elegible a voluntad, es tal idiotez que parece mentira que se tome en serio, y que se trate de legislar sobre ello.
Está lleno de contradicciones y absurdos, que nunca se nombran por esas ‘ministras’ de Igual-Da. Pero lo más jocoso es que el resto de clase política, sumisa y estupidizada de siempre, solo sabe balar como borregos.
Solo algunos ejemplos de las kafkianas extravagancias que se cometen:
1- Diferencias físicas en deporte: Las mismas que piden igualdad absoluta y que la biología no importa, que el género es puramente un producto social, no solo aceptan sino que exigen que en los deportes se haga todo por separado, con una separación absoluta que controle incluso el sexo biológico para evitar intrusismos.
Todo ello es aceptar las diferencias biológicas como insalvables en general y no producidas por la sociedad (que pudiera cambiarlas por ley o voluntad de las afectadas), o sea lo contrario a la idea de ‘género’ que quieren imponer.


Ya se han encontrado varios casos de ‘hombres’ que se han inscrito como ‘mujeres’ en pruebas deportivas, y entonces piden un certificado de ‘testosterona’, lo que es más jocoso, puesto que implica reconocer que el ‘género’ femenino con testosterona deja de ser ‘género femenino’. En fin, una estupidez al cuadrado propia de las femi-locas.
2- Pruebas físicas en ejército, policía, bomberos, trabajos duros, etc: Hay toda una serie de puestos de trabajo que exigen unos mínimos de pruebas físicas, bastante duras. Para intentar que haya más mujeres en estos empleos se toma la decisión de exigir niveles diferentes en las mujeres que en los hombres… ‘en los géneros’. Esto no solo una injusticia discriminatoria sino un insulto a la mujer que logra el puesto ‘por su género’ que según parece no es su sexo sino una mera ilusión social.

Para colmo se parece a la decisión que se tomó en USA de poner unos niveles de notas más bajos para los negros en las Universidades de medicina, lo que implicaba primero reconocer que hay razas y su influencia en la inteligencia (frente a la idea de la no existencia de razas), segundo un insulto a los negros al considerarlos incapaces de tener las notas de los blancos y por último han logrado que cuando un negro es médico la gente tiene reticencias sobre su capacidad (¿la obtuvo por enchufe racial?).
3- Bajas por maternidad: Uno de los grandes fracasos de las femi-locas es que no pueden lograr que los hombres gesten y tengas hijos, una lástima a la igualdad.
Pero entonces imponen que el padre y la madre tengan los mismos días de baja tras el parto. Eso es absurdo absoluto.

En primer lugar porque el padre no tiene mamas, la que da de mamar es la madre, sea el género que sea. Pero además la madre ha sufrido tanto los meses de gestación como el parto, y merece sin duda más tiempo de baja y de atenciones que el hombre, que dicho sea de paso no ha tenido problema alguno físico.
Para colmo en una gran mayoría de casos la madre desea ocuparse ella del niño recién nacido, no solo por amamantarlo, pero la manía igualitaria la impone el mismo tiempo que el padre.
4- Pruebas de mamas, vagina o de próstata: Hay muchas patologías que dependen del sexo, o que son más comunes en uno que otros sexo biológico. Dado que el sexo biológico no importa y solo es aceptable el género elegido voluntariamente, la cosa tiene su gracia.
Pruebas de próstata en una mujer que haya asumido el género ‘hombre’ sería muy jocoso de proponer. O las pruebas de tumores de útero y mamas en ‘hombres’ biológicos de ‘género’ femenino.

Un hombre que haya adoptado género femenino pidiendo atención a la erección del pene, o una mujer que adopte género masculino tratando de eliminar o promover el pelo en el cuerpo.
En fin, un disparate todo.
5- La brutal violencia de las operaciones para cambios de sexo: El cambio de sexo se plantea como un tema sencillo y de decisión personal, sin más, y pagado por el Estado.
La realidad es que es un procedimiento super traumático, irreversible en muchos casos, y siempre peligroso, que no debe hacerse más que en casos muy claros de problemas genéticos sexuales y bajo una comprensión muy clara de sus consecuencias. No solo es quirúrgico sino también hormonal, con consecuencias con la edad muy importantes.
Hay casos en que se comprende perfectamente, pero nunca es algo a decidir por mero capricho. Y menos pagado por el Estado sin una razón muy grave.
Mientras se exige su gratuidad absoluta y la decisión incluso en jóvenes casi menores, en cambio no se ha logrado nunca una atención gratuita al tema de los problemas dentales, que afecta a mucha gente y de forma muy seria.
Y es que la demagogia sexista no abarca a los dientes.
6- Mas mujeres ingenieros, pero no más hombres enfermeros: Cuando en una carrera las mujeres son menos que los hombres, las femi-locas entran en una crisis histérica, y casi exigen que se obligue o impulse a las mujeres a entrar en ellas. Incluso rebajando si es preciso el nivel de notas o con ayuda en los costes, etc.

Lo curioso es que cuando es al revés, como en enfermería, eso no importa nada. Menos mal que esas neurasténicas no se meten en forzar a los hombres a ser enfermeros u otros estudios de mayoría de mujeres.
7- Mostrar pechos con eslóganes políticos: Se ha puesto de moda que algunas femi-locas exhiban sus pechos al aire con algún eslogan político-idiota.
Supongo que deben asumir que sus pechos provocan ansias sexuales o alguna cosa así. Las mismas que critican el sexismo, lo usan a tope.
Por suerte, menos mal, los hombres no han caído en esa estupidez de ponerse algún slogan colgado del pene. Las femi-locas solo hacen que mostrar el poco estilo y la vulgaridad de sus mentes, dejando en mal lugar a las mujeres.

De la misma forma que esos exhibicionistas homosexuales en sus manifestaciones delirantes dejan en mal lugar al homosexualismo.
8- Maquillajes o tacones altos: Por alguna razón misteriosa y muy afortunada, no han logrado que los hombres se metan a fondo en esos temas. Me imagino una ley obligando a llevar tacones altos a hombres en ciertos trabajos donde lo suelen llevar las mujeres.
Aunque los potingues para hombres han aumentado, afortunadamente no se han generalizado fuera del ambiente homosexual.
9- Escuelas mixtas en género (sexo): obligadas o son mal consideradas y no subvencionadas, en cambio las cárceles separadas por sexo por obligación.
Es curioso, no quieren dejar que una escuela sea solo de chicos o chicas, en cambio no quieren dejar que en una cárcel haya hombres y mujeres a la vez. Parece que en algunos sitios si hay sexo y no solo ‘género’. Y es que las utopías cuando se enfrentan a realidades como una prisión no pueden ponerse en práctica.
Lo mismo pasa con los lavabos de los lugares públicos. Si se empeñan en que sean comunes para ambos sexos, solo logran que haya colas, pues en los de solo hombres normalmente no hay colas debido a que es más rápido y ocupan menos lugar los mingitorios.

10- El gran enemigo de las femi-locas. Los médicos y su entorno: Las bromas se acaban si vas a una clase de medicina, cuando se debe explicar el sexo. Allí no hay géneros sino órganos, genes, hormonas…
De las misma forma que el Síndrome de Down (un cromosomas duplicado, el 21) no es algo maravilloso sino un problema serio, los síndromes de XXY (de Klinefelter) o XYY (o de Jakob) o el síndrome de Turner son anomalías cromosómica sexual de serias consecuencias, no una mera ‘diversidad’ curiosa y voluntaria del ‘género’.
Al médico no se le puede ir con utopías, allí hay naturaleza, ciencia y consecuencias. No se deciden las cosas con un papel, sino con análisis de las realidades.
En fin, el problema es que eso del ‘género’, algo que debería ser una broma, una invención de gente desequilibrada, una astracanada jocosa, se haya convertido en un sonsonete con apariencias de seriedad en manos de los políticos.
Y nadie se atreve a decir ‘El Rey está desnudo’ como en el famoso cuanto de Andersen.
Ramón Bau