Este año 2022 hace 100 años de la famosa marcha sobre Roma que promovió Mussolini con el Partido Nacional Fascista, entre el 27 y el 29 de octubre de 1922,
No voy a tratar el tema a nivel histórico, pues otros lo harán, aunque si quiero recalcar que, contra lo que se cree, no se tomó el poder por la fuerza en absoluto. Fue solo una marcha, cuando el PNF ya era el primer partido de Italia, y fue el Rey, Víctor Manuel III el que encargó constitucionalmente a Mussolini la formación del gobierno como Primer Ministro.
Pero lo importante de este hecho es su significado general aplicable a la actualidad.
La Europa de 1920’s era un caos en decadencia democrática, bajo un capitalismo brutal y despiadado, con los obreros sin protección alguna, en un mercado liberal industrial e incipientemente financiero. El hambre y la miseria habían producido las reacciones socialistas, que eran bienvenidas por las masas y por todo aquel que deseara la justicia. Pero ese socialismo bajo la influencia del judío Karl Marx y de Engels, se había convertido con Lenin y Trotsky en una brutalidad tal que hacía palidecer la del capitalismo. Hambres, matanzas masivas, crueldad inaudita.
El hombre de la calle se veía pues entre un capitalismo insoportable y un comunismo aterrador.
Los excesos de ambos fueron tales que crearon el entorno necesario para fermentar una alternativa que se llamó ‘fascismo’ en toda Europa, y que en Italia logró realmente llegar al poder.
Recordemos que precisamente en 1922 Stalin llega a ser secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (lo fue entre 1922 y 1952) y aplicaba el más completo terror incluso entre los comunistas. Lenin moría en 1924 pero ya en 1922 sufrió un infarto cerebral, y Leon Trotsky es expulsado de la URSS en 1929 tras años de ser acosado allí por Stalin.

En la zona capitalista la miseria era tan enorme que se produjo inmigración masiva a América, y una tiranía de la banca y los industriales contra el obreros. En los países comunistas no se podía salir simplemente.
Podemos pues entender que la importancia de la marcha sobre Roma es la creación de una alternativa al desastre general, es el ejemplo de que cuando las condiciones de entorno son brutales, entonces es posible el surgimiento de un proceso revolucionario popular, en este caso el fascismo. Y si fue en Italia donde triunfó primero, recordemos que procesos genéricamente ‘fascistas’, con diversas nombres y tendencias, aparecieron en todo el mundo.
En el mundo actual la situación ha evolucionado de una forma inesperada para alguien de 1922, incluso totalmente inesperada tras 1945.
Ni el capitalismo democrático actual se parece en nada al de los inicios del siglo XX, ni el comunismo actual (con sus nuevos nombres) tiene nada que ver con el leninismo ni con las ideas económicas marxistas.
Se ha creado un Sistema híbrido entre un capitalismo financiero mundialista (ya no básicamente industrial) y un progresismo extravagante (con residuos marxistas muy mal digeridos), y todo adornado de una democracia dominada por los medios de masas y el poder del dinero.
Este Sistema es de relativamente reciente creación, no más de 30 a 40 años, y está generando aun las bases de su propia destrucción: Una locura financiera de deuda y emisiones gigantescas sin soporte alguno real, un progresismo que cae en la más absoluta demencia en todos los temas morales, y un mundialismo global que destruye las identidades, genera un mercado mundial descontrolado y provoca invasiones inmigratorias gigantescas.
Hoy el problema es que todo este Sistema no ha llegado a su punto de desquiciamiento físico, cuando la finanza no logre aguantar la estafa piramidal monetaria, cuando la destrucción moral llegue a revolucionar a la gente normal y las incompatibilidades identitarias estallen.

Estamos en un periodo aun previo a las tensiones reales entre las masas y el Sistema. Por tanto hoy no es posible una Marcha contra el Sistema.
Es importante comprender que los ‘Valores’ del fascismo son exactamente los que se necesitan hoy en día como alternativa al Sistema, no hay que abandonar ni uno de ellos, pero las circunstancias del entorno no son las de los años 20,’s.
El mundo ‘fascista’ fue derrotado militarmente, no ideológicamente, sus valores y principios son más necesarios que nunca, pero no se puede asumir aun la propuesta de un choque físico con el Sistema.
Pero llegará un día, ni cercano ni, espero, tan lejano, en que las masas se deberán enfrentar a la hecatombe financiera, moral y vivencial, no por gusto ni por principios políticos, sino por mera lucha por la supervivencia.
Las masas se manifiestan pero no derriban un Sistema si no son dirigidas u orientadas a una alternativa. Cuando vemos hoy en día masas protestando por medidas del Covid o por la subida de precios, contra la corrupción de algún político o cosas así, tenemos que comprender que eso no es nada importante para el Sistema, pues son masas que se componen de gente que no desea cambiar la forma de vida, ni están dirigidas por una militancia disciplinada. La marcha sobre Roma no la realizaron ‘masas anónimas’ sino que fue organizada por el PNF.

Así que cuando exista una lucha real de supervivencia ante una crisis radical del Sistema, entonces deberá haber una base de militancia formada, sin ceder en sus valores, que tome la lucha de las masas contra el Sistema en una nueva Marcha contra Wall Street, derribando la finanza y con ello su poder en las masa por los medios de difusión propiedad del dinero.
No será un nacionalismo chauvinista, ni una derecha cediendo en ideas por votos, ni cobardes intelectualistas, ni gamberros fachosos. Esa militancia revolucionaria es la que debemos mantener, por ahora sin Marcha, solo con la esperanza de que la lucha por la supervivencia de los pueblos la necesitará el día en que el entorno lo permita.
Ramón Bau
Gracias por estos artículos, hacen que no me sienta sólo.
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