PINCELADAS DE SU VIDA.
Junto con Llimona, fue el más famoso de los escultores catalanes. Josep Clará nace en Olot el 16 de diciembre de 1878. (4 de noviembre de 1958)
Clarà es uno de esos artistas que brilló por su creatividad inagotable, por su vida dedicada íntegramente al arte, el cual dotó de una personalidad propia, convirtiéndose en uno de los máximos representantes del Novecentismo.
Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Olot, lugar que formó al artista de un conocimiento y una técnica que lo convertirían en uno de los máximos exponentes de la escultura en nuestro país en la primera mitad del siglo XX.
Debido a los pocos recursos que su pueblo natal le ofrecía, decide marchar a Tolosa de Llenguadoc (Francia) en 1897. De ese modo también evitaba su alistamiento para la guerra de Cuba donde muy seguro su destino hubiese cambiado.
Pero no fue hasta 1900 que se traslada a París y donde se consagra internacionalmente como escultor. Ingresó en l’École des Beaux-Arts de la capital parisina. Sus visitas al Louvre eran constantes.

El auge internacional de su carrera vino entre 1910 y 1920 cuando sus viajes y participación en exposiciones internacionales en países como Chile, Inglaterra, Alemania, Italia, Holanda, Estados Unidos o Portugal, le dieron un nombre.
Podemos apreciar varias obras de arte por la ciudad de Barcelona en Plaza Cataluña, Montjuic, Turo Parc o Parc de la Ciudadella.


Llegó a donar desinteresadamente al Ayuntamiento de Barcelona su casa, su taller y su obra escultórica con un fondo económico para su mantenimiento. Pero a lo que nos tienen ya acostumbrados los marchantes actuales y los de su época, no dejo que su voluntad fuese respetada: se destruyó su casa, su museo se convirtió en una biblioteca pública de la que solo conserva su nombre y toda su obra. Un total de 800 obras, entre esculturas, libros y pinturas. Las cuales quedaron confinadas en diferentes almacenes sin ser expuestos.
En Cataluña se ha llegado a destrozar parte de su patrimonio por fines políticos como:
– La escultura » a los caídos » (1950) la cual se acabó de retirar en 2001.
– Obras de arte destrozadas durante la guerra.
– Mutilaciones a «El voluntaris catalans» (1923-1925) situada en la Ciutadella.
– Cuatro Bustos y esculturas retiradas durante el gobierno franquista.
– Cierre de su museo.
Unos 20 monumentos retirados en época franquista y democrática. Todas y cada una de ellas, retiradas bajo órdenes de los propios barceloneses. Viene a decir mucho del nivel artístico cultural de ambas épocas.


Clará fue un ferviente catalanista, el cual, en Francia, siempre vivió con la idea de volver y consagrar su obra en tierras catalanas. La donación de su legado no es más que una prueba de amor por su tierra. Un amor que no fue correspondido. Tal vez , los señores que se pasean por la Generalitat, deberían homenajear su obra y dejar de financiar proyectos que son contrarios al alma Europea.
CONCLUSIONES.
Considero que algo que se crea para el pueblo con fin de enriquecerlo artísticamente, como mínimo, antes de retirarlo o de exponerlo, se debería de hacer bajo consulta popular.
Muy seguro que, si así fuese, el total de hierros retorcidos que inundan nuestras calles, plazas, rotondas y parques, serían retirados de forma inmediata.

El problema reside en que hoy día, nadie le da importancia al arte. No interesa. En modo alguno lo puedo entender, ya que no veo sentido el ir a una exposición sobre arte «moderno» y salir de allí con dolor de cabeza y un sutil robo a tu cartera.
Por otro lado, dentro de la juventud, incluyo también a los disidentes, no veo motivación en esto. Veo que muestran más interés en saberse la dinastía completa de alguna familia corrupta de banqueros, pelearse vía Twitter con grupos opuestos a su pensamiento político o manifestarse contra algo que el propio sistema les ha hecho creer que se deben manifestar.
Del mismo modo que el arte se ha degenerado, la lucha por su difusión y defensa también ha corrido el mismo final.
Alejandro