La autora de Harry Potter ha sido criticada y denunciada porque se negó a usar el término ‘personas menstruantes’ y siguió llamándolas ‘mujeres’. Lo jocoso es que hay ‘mujeres’ que no menstrúan, y según parece ahora ya no son ‘mujeres’… y es que el femiloquismo actual es carne de psiquiatra.
R.Bau