El pasado 15 de mayo, James Allchurch de la localidad de Pembrokeshire (Reino Unido), conocido en la red como Sven Longshanks, fue procesado y condenado a dos años y medio de prisión.
James estaba en juicios por una serie de programas de podcasts publicados hace unos años, alegando que tenían intencionalidad de incitar al odio racial con esas transmisiones. Hasta 15 cargos le atribuían a este británico, padre de familia, de 51 años.
Años después de estas disidentes retrasmisiones en línea, sin que nadie las haya citado como base para ningún crimen de odio, el estado británico allanó la casa de James para realizar un exhaustivo registro con la brigada antiterrorista.
Después de una extensa investigación en la que muy probablemente no han escatimado en medios, James fue declarado culpable de múltiples cargos, a pesar de que algunos miembros del jurado inicialmente dijeron que este caso debería descartarse por argumentos infundados.
El juez Huw Rees le dijo a James que esperará una sentencia de prisión «que no se medirá en meses», por «usar un lenguaje vil e inexcusable que considero una mancha en la humanidad»… Algo que no ha gustado en redes sociales, donde muchos han salido en defensa de James y criticado al juez, el cual recientemente ha dejado en libertad a tres conocidos pedófilos.
Según medios disidentes podemos saber qué; “ha sido enviado a la prisión de Swansea y su familia nos ha dicho que está bien y que se le ha proporcionado toda la medicación necesaria”.
Mientras Reino Unido se está hundiendo en la decadencia más absoluta; los videos diarios que nos llegan de la inseguridad en las calles, los asaltos y agresiones se multiplican. Por su parte, el gobierno anti-ingles se afana por perseguir delitos de opinión, no vaya a ser que los nativos se den cuenta que algo no va bien en las islas y quieran dar un vuelco a la situación actual.
Manu Beramendi
-Medio disidente de agitación y combate cultural- 