Hace poco salía un padre desesperado (con toda lógica) porque su hija de 14 años se había suicidado, la razón era que el grupo de amigas que tenía la había rechazado como ‘amiga’ y no quería trato con ella.
Si fuera un caso aislado no importaría más que para esa familia, pero es que, sin llegar al suicidio, hay una enorme cantidad de chicas que caen en depresiones (acaban yendo al psicólogo) cuando ‘su mejor amiga’ la desprecia o deja de serlo por otras.
Un chico/a que quede en ridículo en tik tok o en alguno de esas aplicaciones de ‘amigos’, se considera muy desgraciado, y su familia termina por ir al colegio a reclamar soluciones, cuando no al psicólogo.
Un chico se suicida tras diversos problemas de relaciones con chicas (no es guapo o divertido), aunque realmente su vida ya la desearían muchos chicos en la miseria, que tienen problemas graves de familia, padres impresentables, chicos con salud muy delicada, etc.
Es muy correcto que si un grupo molesta de forma repetitiva con insultos, agresiones o acciones a un chico/a, intervenga el colegio y castigue a ese grupo, pero parece que pronto se va a obligar a ‘ser amigos a la fuerza’ de otro para que no tenga ‘depresiones’.
Hoy en día una chica jovencita guapa y alegre debe tener cuidado al rechazar a un pretendiente para no causarle una depresión que le lleve a hacer una estupidez, aun la echaran la culpa a ella.

Un padre se quejaba y reclamaba acciones, porque a su hijo autista no le hacían mucho caso otros compañeros de clase. Desde luego hay que tener estos temas en consideración, pero no se puede obligar a otros a tener como amigo a un autista en el grupo por mandato y exigencia absoluta.
Estamos llegando a un extremo en que un día será obligatorio un certificado de haber tenido relaciones homosexuales una vez por lo menos para no ser sospechoso de homofobia y machismo.
El número de personas que conozco que van ellos o sus hijos/nietos a psicólogos es enorme, absolutamente alucinante respecto a hace 50 años.
Y la culpa no es en absoluto de que hoy haya más problemas que antes entre chicas, en los grupos o parejas, sino que actualmente la gente joven es incapaz de dominarse y tener cierta fuerza interna personal. Cualquier problema, mínimo en importancia real, les supera y los deja abatidos.
La gente se cree con DEREHO a ser feliz, a ser apreciado y considerado amigo, a no ser rechazado o ignorado por otros.
Y de no ser así, echan la culpa a los demás, al ‘otro’, a la sociedad, a todos excepto a sí mismo, y menos aún tiene capacidad interna para superar los temas. Esto es especialmente más común entre los jóvenes que no han sufrido antes problemas ni dificultades. Problema agravado por una educación permisiva, falta de toda exigencia e imposición.
Hace poco leía como un profesor de Universidad en USA era expulsado porque suspendía más que la media. No importaba si sus calificaciones eran correctas, o sea si suspendía porque lo merecían, sino que los alumnos querían más aprobados y menos nivel. El profesor no había cedido como los demás a bajar el nivel oficial para no desviarse de las estadísticas deseadas.
Ya no hay suspensos, ni calificaciones que dejen claro la insuficiente y su grado, sino todo son palabras-algodones para evitar ‘traumas’ y protestas de unos padres que creen que el problema es siempre del profesor o el colegio, no de sus hijos.

Si un hijo pega al profesor el padre creerá antes que es culpa del profesor y su conducta, no del niño. Yo recuerdo mi advertencia: Si un hijo comete una villanía grave evidente, hay que pagar al abogado acusador, al fiscal, no buscar un defensor.
Esta debilidad de carácter se está reflejando en lo que en USA llaman ‘abandonismo’, y aquí empieza verse en jóvenes. Si no encuentran un trabajo que les guste y a su medida, se desesperan, abandonan lo laboral o quieren vivir como okupas o aislados en el individualismo. He visto incluso suicidios al creer que su vida ‘no tiene sentido’ si no logran el lugar soñado, pero podrían encontrar trabajos no perfectos, pero si adecuados, trabajos que otros jóvenes estarían encantados de lograr. No se valora el trabajo como apoyo comunitario sino solo si gusta personalmente, al gusto de cada cual.
Todo este problema es causado por una falta de educación desde muy jóvenes, acostumbrados a la permisividad y la creencia en los derechos sin deberes. Esa es la propaganda del sistema.
Ramón Bau