¿Dónde está Vincent Reynouard? desaparecido desde hace un mes

Extraído de Rivarol del 24/11/2021.

Desde hace un mes Vincent Reynouard ha desaparecido sin dejar rastro. Lo que es alarmante es que según nuestra información no ha contactado a nadie desde el 25 de octubre a las 16 horas donde logro evadirse de la compañía de los policías británicos y de la interpol que fueron hasta su casa. 

Ni su familia, ni sus amigos y colaboradores más próximos saben nada. Ha desaparecido de los «radares», se ha volatilizado. No tenemos ni la certeza de que esté con vida o en libertad. 

Es probable que de haber sido detenido lo hubieran gritado a los 4 vientos para así jactarse sus enemigos de tal «gesta» lo cual hace pensar que al menos no está encarcelado. Pero hay una cosa extraña en todo este asunto desde el inicio. Esta no es la manera de actuar de Vincent y máxime en un período de tiempo tan largo. Podría haber dejado un escrito para divulgar alguna noticia sin dejar pistas de su paradero a alguien de confianza. 

Medio disidente frances «Rivarol».

Al menos actuó así cuando en 2008, 2009 en sus anteriores huidas en Bélgica y Francia y en 2015 en Flandes antes de exiliarse a Inglaterra el 16 de junio del mismo año. 

¿Qué podemos intuir más o menos de ese día cuándo desapareció? La policía británica y la interpol (si realmente han sido ellos sus verdugos) llamaron a su domicilio desde el interfono el lunes 25 de octubre a mediodía. Vincent baja la escalera y abre la puerta. Viendo a los policías que le piden hablar con él, este último les presenta una falsa identidad y cierra la puerta de inmediato en sus narices. La puerta no se abre desde el exterior dando tiempo a Vincent para subir hasta su apartamento e incluso llamar a las 15:44 a alguno de sus colaboradores seguramente para alertar de su situación y demandar algún tipo de ayuda. Este último que está en un tren no oye la llamada. Vincent no deja ningún mensaje de voz. No tiene tiempo. Coge algún dinero líquido que gana gracias a sus clases particulares (es matemático) dejando todo el resto (móvil, DNI etc.). Oyendo subir a los policías que han logrado abrir la puerta del edificio logra salir por un pasillo de salida dando esquinazo a estos. 

Una media hora más tarde su amigo averigua que ha sido contactado por Reynouard y le llama sin obtener ninguna respuesta. Lo intenta 4 veces sin éxito. A la quinta llamada esta es rechazada ¿pero por quién? Está claro que hay alguien en el apartamento. Seguramente la policía. Pero es raro tratándose de la policía, pues estos que no dejan escapar ni una sola pista no serían capaces de rechazar una llamada. Y más raro aún que no se hayan apropiado de los ordenadores, archivos, tarjetas de identidad etc. Todo parece estar intacto. Desde luego no es el proceder de la policía pues estos son minuciosos en sus pesquisas. 

Tenemos la impresión de que faltan piezas de este enorme puzle. Algo no cuadra desde el inicio dejando al aire muchas hipótesis. Para empezar ¿estamos seguros de que se trata de la interpol? En todo caso es lo que declaró la propietaria del apartamento repitiendo lo que le habían dicho (verdaderos o falsos) policías. Es también lo que afirmaba igualmente Sarah Cattan en su largo artículo del 3 de noviembre para la Tribuna judía. Pero algunos días más tardes la versión era distinta. La cuenta Twitter titulada » Juzgado culpable» (animado por el colectivo BTA «balance ton antisémitisme», traducido como “rechaza tu antisemitismo”) indicó repentinamente que «Vincent Reynouard no tienen noticias rojas de interpol». No fue así cuando por ejemplo Boris Le Lay (nacionalista disidente) se exilió en Japón en el 2014 lo que hace pensar que no forzosamente fueron los de la interpol los que llamaron a la puerta del gran revisionista el 25 de octubre en el gran Londres. 

Vincent Reynouard.

Pero ¿si no fueron ellos quienes fueron? ¿La policía británica? Quizás, pero ¿actuando bajo nombre de quién, bajo qué circunstancias y base legal? 

Es cierto, Vincent Reynouard fue condenado desde su exilio a Inglaterra a 29 meses de prisión por las autoridades de Francia por haber infringido la ley Rocard Fabius Gayssot, pero no hay actualmente equivalente de esta ley antirevisionista en suelo inglés. ¿Cómo pueden pues motivar legalmente una demanda de extradición? Como diría el profesor Robert Faurisson «cuando se trata del combate contra el revisionismo no existe ni fe, ni ley, ni derecho. Todo está permitido». 

La caza al revisionista está abierta todo el año, no importa donde ni cuándo ni cómo. 

Por otra parte ¿los anónimos analfabetos y llenos de odio de la BTA no se jactan de ser los «cazadores de antisemitas»? 

Manifiestamente su caza no está reglamentada. No está limitada a unos horarios o a uno o dos periodos al año. Es permanente, salvaje y brutal, se ejerce tanto de noche como de día, sin ningún tipo de convención, ni moral, ni de inocencia ni verdad. 

Es fácil hacerse pasar por policía sin serlo. Vincent Reynouard contó en un video como hace 5 años estando ya en Inglaterra, dos hombres vinieron a intimidar a una persona de su entorno que vivía en Francia, como le habían seguido en su vehículo, como le esperaron en la puerta de su casa, le amenazaron y obligaron a dar la dirección y datos telefónicos a la casa de Vincent en el Reino Unido. Claramente, ese día no era la policía. No tuvieron siquiera la dignidad de identificarse. 

Más extraño aún, Vincent contó como una noche hace ya más de un año desconocidos aparecieron de la nada cuando estaba en pleno sueño en la anterior vivienda donde habitaba habiendo registrado sus pertenencias, archivos, documentos etc. como queriendo buscar algo muy preciso. Al fracasar en el intento se marcharon. Se dio cuenta de este hecho porque cerró la puerta esa misma noche con un candado antes de ir a dormir y a la mañana siguiente la puerta estaba abierta. Podemos pues imaginar en este asunto de todo, y cuanto más el tiempo se desvanece más aparece el silencio, la duda y la angustia pues si no se trata de la policía ni la interpol quien llamo el día de su desaparición a su casa ¿QUIEN, pero QUIEN fue? El célebre «¿Quién, pero quién?» del sionista Claude Posternak cuya pregunta formuló al general Delawarde el pasado18 de junio en la CNews. 

En el momento de su desaparición, Vincent Reynouard metió mano al estudio profundo y actualizado del drama de Oradour Sur Glaine. Se dispuso a enviármelo por correo electrónico como memoria en defensa en el contexto de un proceso contra mi persona dos días después, el 27 de octubre por la publicación en RIVAROL del 2 de septiembre de 2020 de un largo artículo tratando la pintada realizada en el centro de la memoria de Oradour y sobre la histeria que levantó dicho grafiti realizado la noche del 20 al 21 de agosto, entre la clase político-mediática. 

Web que se dedica a «cazar» revisionistas.

Vincent deseaba realizar un libro detallado con varias ilustraciones, una obra que estaba orgulloso de haber iniciado y cuya idea era publicarla antes de Navidad. Había, me confesó, realizado importantes descubrimientos cuando no sensacionales, y estaba según él impaciente por darlo a conocer a sus lectores para aportar un poco más de luz a tantas mentiras de este tenebroso episodio de la historia. Finalmente, este documento no pudo llegar a mis manos, ni siquiera a través de un intermediario o al menos mediante el empleo de cualquier astucia donde por cierto Vincent era hábil en el uso de estas estrategias. 

El, trabajador infatigable como pocos y hombre de palabra removería cielo y tierra para hacer llegar la Verdad a través de sus vídeos y escritos, con lo cual todo esto no parece ser una huida sin más sino algo aún más grave. De hecho, habría dejado un mensaje a sus más de 20 alumnos que de la noche a la mañana se encuentran sin su querido profesor particular de matemáticas donde se quedan con sus programas de estudios sin atender. 

No, decididamente, está no sería su manera de actuar. Cierto, podemos concebir perfectamente que los primeros días de una huida podría justificar esta manera de actuar y que la prioridad fuese de esconderse, sobrevivir y no tener interés en aportar a nadie ninguna novedad. 

Quizás este silencio prolongado se explique solamente por la prudencia, su temor a ser detenido o un simple principio de precaución. Si queremos cultivar el optimismo es en este don donde hay que esforzarse. Pero una vez más, no es este el modo de actuar de Vincent y no corresponde en nada a sus hábitos. Es pues, un mes entero sin dar señales de vida directa o indirectamente, dejado intranquilos a familia, amigos y compañeros. Este silencio es más angustioso aún que el sonido de la llave al cerrarse la puerta de la celda de la prisión. 

Jérôme Bourbon, director del periódico semanal Rivarol. 

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