El alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, había prohibido la marcha de este año debido a las restricciones covid. Una prohibición que evidentemente no surtió efecto, dado que miles de personas salieron a las calles ondeando banderas polacas y gritando: «Dios, honor y patria».
Para disolver la manifestación la policía realizó diferentes cargas, lanzamiento de gases lacrimógenos y balas de goma. Las autoridades municipales han denunciado la mala ejecución por parte de la policía tanto en el control inicial como en la disolución de esta.
El saldo todavía parcial de la manifestación, que tiene lugar todos los años, es bastante impresionante: decenas de heridos, entre ellos periodistas y 35 policías, alrededor de 300 personas detenidas y 36 detenciones.
El Oso Blindado